DEFECTOS DEL VINO
Claramente, siempre tenemos que asesorarnos o mirar bien la etiqueta a la hora de adquirir un vino. Algunos ejemplares son tintos y tiene gas, o son espumosos. Pero ese no es el caso al que nos referimos.
La efervescencia es causada por el gas, que casi siempre es dióxido de carbono, un subproducto natural de la fermentación. Algunos vinos se embotellan con un poco de dióxido de carbono, ya sea atrapado en la botella o agregado para darle frescura y proteger el vino de la oxidación antes del embotellado. En estos casos, es solo una efervescencia temporal que generalmente se disipa con uno o dos remolinos.
Pero hay que casos en los que un vino sin gas sale por la botella como si tuviera. Y eso es un defecto. El vino no te va a intoxicar, pero probablemente haya fermentado de más y tenga restos de levadura.
También puede haber ingresado alguna bacteria, o se consumió toda la azúcar residual y comenzó una segunda fermentación. Los vinos sin filtrar o los vinos que no hicieron fermentación maloláctica pueden ser más susceptibles a estos defectos.
Siempre es importante recordar que los vinos son bebidas vivas que siguen evolucionando en las botellas y que en el contacto con el oxígeno mutan. Según la elaboración y el detalle de cada procesos, los resultados pueden ser muy dispares.
Fuente: MDZ
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