Viñas viejas de un viñedo de la denominación de origen Arlanza. |
- Te contamos los secretos de esta pequeña DO ubicada en las provincias de Burgos y Palencia
- No vuelvas a decir que no entiendes de vino
Hasta los más entendidos en vinos pueden dudar: ¿Arlanza? Sí, no solo es una comarca de Burgos; también es una denominación de origen creada en 2007. Ubicada entre dos gigantes como Rioja y Ribera del Duero, su juventud y su escaso tamaño han opacado su curiosa idiosincracia.
Pero poco a poco va adquiriendo un protagonismo que, con el cambio climático, irá a más en los próximos años (más abajo te lo explicamos). Se hablará mucho y bien de ella, así que hay que tomar nota desde ya. En la Barcelona Wine Week ocupan un discreto espacio que vale la pena visitar.
Viñedos junto a Lerma (Burgos), la 'capital' de la DO Arlanza./ |
Son muchos los detalles que la convierten en una DO interesante, empezando por sus pocas y modestas bodegas, que salpican las provincias de Burgos y Palencia (están a poco más de 20 kilómetros de Ribera del Duero y, en línea recta, a unos 70 de Rioja) y que tiene como 'capital' la poblacion burgalesa de Lerma, además de bonitos pueblos como Covarrubias y Santo Domingo de Silos (ambas en Burgos).
No llegan a la veintena (18 para ser más exactos) y, como son pequeñitas, sus dueños no se pueden dedicar profesionalmente a elaborar vinos porque no les sale a cuenta vivir de ellas, así que tienen otros trabajos. De ellas, las más destacadas son Arlese, Lerma, Buezo, Monte Amán, Palacio de Lerma, Vinos Sinceros y Copaboca.
El vino de tempranillo reserva de Gran Lerma./ |
Entonces, ¿por qué mantienen las viñas? "Porque la mayoría las han heredado y tienen miedo al qué dirán si las arrancan para cultivar otras cosas", explica Ramiro García, presidente de la DO. "Y porque en la zona hay una cultura vitivinícola antiquísima, como demuestra el barrio de bodegas subterráneas de Baltanás (Palencia)".
Así pues, Arlanza tiene pocos elaboradores que producen poco vino. Hay algunas tiradas de solo 1.000 botellas, pero la media es de 25.000, y el total anual de kilos de uva recogidos es de un millón (Ribera del Duero vendimia 110 millones) y apenas se gastan dinero en fitosanitarios porque no tienen miedo a perder una cosecha que ni les va ni les viene (por tanto, son ecológicos aunque no tengan el certificado oficial).Noticias relacionadas
Sus vinos nacen de viñas situadas a una buena altitud, entre 600 y 1.200 metros, en terrenos de canto rodado, muy pobres, y sometidas a un clima extremo, con enormes variaciones térmicas entre el día y la noche que pueden ir entre los -5 y los 10 grados en invierno y los 8 y los 35 en verano. Con el cambio climático, se vendimiaba en octubre, cuando ya volvía el frío, lo que hacía que la uva tuviera más acidez.
Ahora, en cambio, la fruta madura mucho mejor y da como resultado vinos frescos que pueden recordar a los de Ribera, pero mucho más ligeros. Antes, hace 30-40 años, eran blancos y rosados, y ahora, con la subida planetaria de las temperaturas, tintos de guarda gracias a su acidez, lo que les permite aguantar mucho mejor el paso del tiempo. Un raro caso de que el calentamiento global puede ser beneficioso para algunas zonas vitivinícolas.
Ferran Imedio
Fuente: El Periódico
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