Este vino se puede maridar con múltiples comidas para exaltar su sabor. FOTO: iStock |
- Esta variedad de vino tiene una larga historia y se consume desde hace cientos de años.
- ¿Un Moscato, un Prosecco o un Lambrusco?
El vino lambrusco proviene de un tipo de uva tinta que lleva el mismo nombre. Es originario de las provincias centrales de Italia y se le reconoce por sus presentaciones espumosas o frizzantes. Su antigüedad data desde épocas del Imperio Romano y tiene más de 60 variedades.
Las presentaciones del vino lambrusco varían de seco a dulce y puede tener desde un colo rojo claro a uno púrpura oscuro. En las décadas de 1970 y 1980 se produjo lambrusco blanco y rosado, pero su incidencia en el mercado se ha reducido.
De acuerdo con el portal Drinks & Co, los orígenes del nombre lambrusco pueden remontarse a las palabras en latín "labrum" (borde) y "ruscum" (planta salvaje). De allí, los romanos adoptaron el término "lambrusca" para referirse al cultivo espontáneo o salvaje de esta vid en los campos.
El mismo portal asegura que, hoy en día, este vino se elabora a granel y pasa por su fermentación secundaria en grandes tanques de acero. Este proceso se conoce como el método Charmat (tanque) y se utilliza también para la elaboración del prosecco.
Debido al pigmento de la uva lambrusco, este tipo de vino trae aroma y sabores muy intensos al momento de probarlo.
Aunque las seis variedades más comunes de esta uva son Grasparossa, Maestri, Marani, Montericco, Salamino y Sorbara, muchas versiones comerciales de Lambrusco se endulzan con fermentación parcial o la adición de un mosto concentrado rectificado, según Drinks & Co.
Para disfrutar las características de este vino al máximo, el portal recomienda maridarlo con jamón curado, pavo asado con salsa de arándanos, carnes añejas, quesos salados, vinagre añejo y abundantes platos de pasta.
Estas combinaciones surgen de utilizar ingredientes propios de la región donde se produce el vino. Por esto mismo, Drinks & Co. sugiere servir un labrusco seco con, por ejemplo, una tabla de quesos que incluya jamón, queso parmigiano reggiano y pan para mojar con vinagre balsámico. La pizza y la carne asada también son buenas opciones para combinar el vino.
Sin embargo, dado que también hay variedades dulces de Lambrusco, se recomienda maridar estas presentaciones con un postre de frutas, como un pastel de manzana o de frutos rojos.
Al momento de servir el vino, lo mejor es hacerlo mientras está frío y en una copa de vino o vaso rústico, pero no en copas de champán. Este es una bebida hecha para ser disfrutada joven, por lo que se sugiere comprarlo fresco y consumirlo lo antes posible.
Fuente: El Tiempo
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