“Son grandes aliados a la hora de dar un toque especial a nuestros acontecimientos familiares o empresariales, y también para convertir momentos de la vida cotidiana en una celebración”.
Cuando hablamos de “maridaje” del vino lo primero que nos viene a la mente es la combinación entre vino y comida, arte en el que nos especializamos los sommeliers.
Sin embargo, me gusta pensar en la experiencia completa, que abarca no solo la armonización del vino con una propuesta gastronómica sino también con la situación en la que decidimos descorcharlo. Al comer y beber se ponen en juego emociones, sentimientos y una serie de significados que compartimos en el contexto de nuestras relaciones.
Por sus características, los vinos de Asti “DOCG” –Denominazione di Origine Controllata e Garantita, la categoría más alta para los vinos italianos con denominación de origen- no solo son versátiles acompañantes de nuestras comidas, sino que nos brindan placer por sí mismos. Son grandes aliados a la hora de dar un toque especial a nuestros acontecimientos familiares o empresariales, y también para convertir momentos de la vida cotidiana en una celebración.
Alegres, expresivos y fáciles de beber, son a la par elegantes y con bajo contenido alcohólico. Este último es un punto que cobra cada vez más importancia, porque el éxito de una celebración no solo depende de lo que ocurre cuando estamos reunidos y brindando, sino también de cómo nos sentimos luego y qué recuerdo nos deja la velada. El alcohol moderado, además, los convierte en vinos ideales para quienes eligen un estilo de vida saludable.
Habrá quienes aumentarán su placer al conocer sobre la historia y el “terroir” de estos vinos. El Moscato d’Asti y el Asti Spumante reflejan el carácter singular de las colinas de Langhe-Roero y Monferrato, paisaje vitícola del sur de Piemonte elegido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. La cepa que define su atrayente personalidad es la Moscato Bianco, cultivada en esta región durante siglos.
Habrá quienes en cambio se enfocarán en el placer del momento y de la copa, y también serán recompensados. Estos vinos les hablarán de manera directa y placentera. Algunos preferirán la sensación ligeramente frizzante del Moscato d’Asti, y otros se inclinarán por las burbujas del Asti Spumante, según el espíritu de la celebración.
Por esa gran virtud de satisfacer tanto a enófilos como a consumidores ocasionales, los vinos Moscato d’Asti y Asti Spumante son también un excelente obsequio tanto entre amigos como a nivel corporativo, con la seguridad de que los destinatarios de nuestra atención encontrarán las mejores ocasiones para descorcharlos y disfrutarlos.
ANDREA BRUNO
Fuente: Perú 21
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