Qué comer cuando te apetece algo dulce. FOTO: cortesía Wildfox Couture |
La adicción al azúcar es uno de los grandes males de nuestro siglo y la responsable de numerosas enfermedades, como la obesidad o la diabetes tipo 2.Que el azúcar es malo para la salud lo tenemos bastante claro a estas alturas. Algunos optan por sustituirlo por edulcorantes, pero, según estudios recientes y las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, es peor el remedio que la enfermedad. Además de engordar, ¿qué problemas puede causar un exceso de azúcar o edulcorantes en el organismo? Según la dietista y nutricionista Sandra Moñino, autora del libro Adiós a la inflamación, muchos.
«Tanto el azúcar como los edulcorantes nos inflaman y nos enferman. El azúcar y los edulcorantes son el alimento perfecto para las bacterias malas que hay en el intestino. Por lo tanto, estas bacterias se alimentan, crecen, se reproducen y generan ese desequilibrio en nuestra microbiota o disbiosis intestinal», explica la experta.
Y añade: «Esto genera inflamación crónica en nuestro cuerpo y ese desequilibrio en nuestra microbiota producirá problemas a medio y largo plazo, nos acaba enfermando».
Los efectos del azúcar y los edulcorantes en el organismo
Los dos peligros principales del consumo de azúcar son los picos de glucosa y la inflamación.
Los picos de glucosa se producen cuando tomamos azúCar. Para eliminar la glucosa nuestro cuerpo tiene que hacer un trabajo doble. «Cuando consumimos azúcares el páncreas genera insulina, que es como la llave de la cerradura de las células. Hace que la glucosa pueda entrar ellas y no se acumule en nuestro cuerpo», explica Sandra Moñino.
«Cuando tomamos demasiada azúcar, llega tanta cantidad de glucosa a nuestro cuerpo que al páncreas le resulta imposible introducirla en las células. Ahí es cuando se genera la resistencia a la insulina: porque el páncreas no puede gestionar toda la que se genera», concluye.
Por otro lado, está la inflamación que el azúcar produce en el cuerpo. La inflamación es una respuesta del sistema inmunitario que defiende al organismo frente a un ataque.
Según explica Moñino, el azúcar provoca inflamación porque el cuerpo lo identifica como una amenaza, al igual que ocurre con otros alimentos, como las harinas refinadas o las grasas hidrogenadas.
Al identificar que estos alimentos proinflamatorios están atacando la integridad del organismo, este reacciona inflamándose, al igual que aumenta la temperatura corporal provocando fiebre cuando un virus o bacteria se introduce en el cuerpo.
Por qué el azúcar es tan adictivo
Uno de los grandes problemas del azúcar es que, cuanto más comes, más te apetece. Científicos de la Universidad de California han realizado una investigación que determina que el azúcar genera un impulso compulsivo en nuestro cerebro hacia el consumo de una sustancia.
«El azúcar es muy adictivo porque activa los neurotransmisores del cerebro como la dopamina o la serotonina que provocan que nos sintamos felices cuando la consumimos. Genera una sensación de bienestar y energía, pero es una activación momentánea. En cuanto dejas de consumir el alimento, se genera ansiedad porque esa sensación de bienestar desciende de golpe», confirma Sandra Moñino.
Esto ocurre en condiciones normales, pero hay momentos en los que el antojo de consumir azúcar se acentúa. En el caso de la mujeres, esto puede ocurrir justo la semana previa a la regla porque es cuando bajan los estrógenos, lo que también hace que disminuyan las hormonas denominadas de la felicidad.
«En este momento queremos activar esos neurotransmisores del cerebro para producir serotonina, dopamina y esa energía que necesitamos. Es decir, al bajar los estrógenos baja nuestra energía y de ahí que nuestro cuerpo nos pida alimentos calóricos», explica la autora del libro Adiós a la inflamación.
Pero incluso esto se puede reconducir adquiriendo los hábitos adecuados. Nos apetece azúcar porque es lo que nosotros percibimos como energía, pero si acostumbras a tu cuerpo a alimentos sanos, te pedirá alimentos sanos.
«Por ejemplo, te puede pedir chocolate, que es rico en triptófano y activa los neurotransmisores positivos, pero, si acostumbras a tu cuerpo al que tiene 85% de cacao sin azúcar, que es más saludable, te pedirá eso», asegura Moñino.
Qué comer cuando tengas antojo de dulce
No hace tantos años, cuando se pensaba en reducir el consumo de azúcar, se optaba por sacarina u otros edulcorantes que se consideraban más sanos. Pero la experta lo tiene claro: «No hay ningún edulcorante saludable. Aunque, si se utilizan de forma puntual stevia o eritritol, no pasa nada», asegura la experta.
«El problema está cuando tomamos edulcorantes constantemente porque esto hace que estemos expuestos a sabores muy intensos, al igual que sucede con el azúcar, y esto no es bueno porque nos genera mayor ansiedad y nuestro cerebro percibe la sensación de dulzor como si tomaras azúcar, por tanto, espera recibir esas calorías del alimento que está consumiendo. Como los edulcorantes no las tienen, nos generará mayor ansiedad por la comida y por tanto, a nivel psicológico es peor», concluye.
Entonces, si lo recomendable es no consumir azúcar ni edulcorante, ¿qué puedes comer cuando tienes antojo de dulce?
Según Sandra Moñino, lo ideal es acostumbrar al paladar a los sabores naturales de los alimentos, pero si hay ciertos sabores demasiado intensos, podemos optar por productos naturales. «Por ejemplo, en el caso del café, podemos añadirle un poco de canela o de bebida vegetal que endulzan de forma natural y hacen que no esté tan amargo», aconseja la experta.
«En el caso de los yogures podemos endulzar con coco rallado, canela, trozos de fruta, como plátano, fresa, piña, melón, kiwi, es decir, frutas que tengan su toque dulce y que le quiten esa acidez al yogur a la que no estamos acostumbrados», concluye.
Sara Flamenco
Fuente: Welife
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