Resolvemos de la mano de nuestro experto de confianza una de las preguntas más habituales del mundo del vino… y del cuñadismo ilustrado.
Tras el europeo y los Juegos Olímpicos, tras la gira de Taylor Swift, uno podría pensar que el nivel de espectáculo está por las nubes últimamente. Cómo demonios competir con esos shows cada vez más grandes... Qué demonios podemos hacer nosotros para darles a nuestros lectores espectáculos a la altura de Simone Biles y sus volteretas mareantes. Pues sencillo, fácil, evidente. Sacar a Santi Rivas de detrás del teclado del ordenador y ponerlo, también, ante la cámara. Si Ryan Reynolds es Marvel Jesus (va sin acento porque queremos que lo leáis en inglés), Santi Rivas, nuestro experto en vinos, es el Mesías de los Winelovers. Si no estáis siguiendo en las redes sociales de Esquire, principalmente Instagram y TikTok, sus vídeos sobre el mundo del vino y los destilados, cada vez más educativos, experimentales y orgullosamente esquizofrénicos, es que no vais por el buen camino en la vida.
Santi, además de escribir para Esquire y ser autor de la newsletter que se beben a morro los verdaderos amantes del vino, es uno de los catadores a ciegas más prestigiosos del mundo y actual campeón de España. Así que no os creáis que el peloteo viene de que nos regale botellas de vez en cuando (que, conmigo al menos, no se ha dado ese caso). En su eterno camino de iluminarnos a todos para que podamos al fin saber de vino y no solo fingir que sabemos (que tampoco está mal), nuestro experto ha afrontado la dichosa cuestión de llamar "caldo" al vino.
Todos hemos oído alguna vez, de pasada, eso de llamar caldo al vino. Podríamos pensar que es como quién sigue llamando "filme" a una película, un recurso algo anticuado y subidito que ayuda, además de a no repetir nombre, a hacerse el entendido. Pero, lo primero, es saber si está bien gramaticalmente hablando.
Como Santi nos asegura, la acepción de "caldo" como vino está reconocida en la Real Academia de la Lengua Española. Ahora bien, la RAE no es que se caracterice por sus sutilezas. Está correctamente bien dicho en cuanto a la gramática, sí. Que esté bien dicho en un contexto social, intelectual, gastronómico, es otro asunto. La respuesta aquí, según Santi, sigue siendo sí. Pero, como él deja entrever a través de la personificación de su versión cuñadil, no mola demasiado. Y la razón es que mucha gente le llama caldo al vino precisamente para molar, y nada mola menos que intentar molar.
Como veis, con tanta repetición seguida de la palabra "molar", nos estamos poniendo excesivamente técnicos, así que vamos a las conclusiones. Nuestra respuesta es que si llamas caldo al vino todo está bien, y más si acabas como Santi, con el chiste de "caldear" el ambiente. Pero si lo quieres llamar así para utilizar el lenguaje de los entendidos, que sepas que no vas a lograrlo.
Rafael Sánchez Casademont
Fuente: Esquire
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