jueves, 14 de abril de 2011
Vanessa Barradas (@vanesommelier): AMELIA: Sentimientos encontrados con nombre de mujer.
La cultura del vino en Venezuela comenzó hace aproximadamente más de cuarenta años, desde entonces han sido imbatibles los vinos chilenos que llenaron los anaqueles de nuestro país y llegaron para quedarse definitivamente. Mucho ha sido el camino recorrido desde entonces y el gusto del cliente local ha ido variando: argentinos, uruguayos, norteamericanos y hasta libaneses han sabido saciar la sed de aprender sobre tan maravillosa bebida como es la del vino.Ciertamente este movimiento comenzó como una moda, pero luego supo quedarse en los paladares venezolanos quienes aprendieron a exigir cada día un poco más.
Lo que todavía me sorprende es el arte que tienen algunas bodegas que han sabido vencer todos los obstáculos del desconocimiento criollo llenándolo de herramientas y de una línea entera de productos que educan al comensal desde lo más sencillo hasta lo más complejo; lo más insólito es que llevan muchísimos años en el mercado y siguen siendo los primeros, no sólo en Venezuela sino en su país de origen: Chile. Les hablo de la bodega Concha y Toro, emporio vinícola que marca pauta donde toca y siembra el terreno por donde pisa cuando de mercadeo, publicidad y calidad de vinos se trata; los productos de su bodega son importados por Ron Santa Teresa, quienes tienen un gran alcance a nivel nacional al llevar sus marcas por todo el país, colocándolos en los mejores bodegones y tiendas licoreras especializadas.
Podríamos pasar horas y escribir muchas líneas hablando de los caldos de esta prestigiosa bodega, pero es un solo vino el que me lleva a escribir para ustedes. De repente no es el más vendido en nuestro país y esto se debe a su exclusividad (en lo que sus cajas tocan tierra la mayoría de las botellas tienen dueño), o también puede ser que las personas piensen que el vino blanco no es un buen vino; lo cierto es que el que conoce Amelia no podrá jamás resistirse a sus encantos, por algo ha sido catalogado en más de una ocasión como el mejor vino blanco de Chile.
Amelia nace en el Valle de Casablanca famosa región conocida por sus exclusivos vinos blancos de uva Chardonnay principalmente. Al viñedo de donde proviene se le denomina El Triángulo, ya que se caracteriza por poseer un suelo arcilloso con clima mediterráneo árido más una influencia marítima muy especial; el mismo está entre los privilegiados de la bodega al recibir la etiqueta de Vinos de Origen Definido, la cual solo es utilizada para los vinos Premium y súper Premium, perteneciendo Amelia a este último renglón. Cabe destacar que para pertenecer a esta categoría, las uvas utilizadas son de parcelas con condiciones únicas y especiales que sólo serán destinadas a esos productos; entre algunas de las características está una excelente exposición al sol, buen drenaje, vendimia a mano y conveniente contraste térmico entre el día y la noche.
Para consumir adecuadamente un Amelia, la temperatura ideal es que la botella esté muy fría para que, junto al clima tropical del que gozamos en nuestro país, pueda exponer todos sus aromas y ricas propiedades. Es importante destacar que siempre se debe estar muy atento a la temperatura exterior, ya que un vino blanco expuesto a altas temperaturas es completamente desagradable, y a veces intomable.
Amelia pasa 9 meses en barricas de roble francés de donde toma su complejidad; no es usual que un vino blanco se trabaje de esta manera.Cuando a alguien le sirven este prestigioso vino, debe escuchar cómo cae en la copa, es tan serio como elegante; luego, al ver sus dorados reflejos y limpieza absoluta, nos lleva a imaginar que lo que viene es una seda convertida en líquido celestial.
Al apreciar sus primeros aromas nos puede recordar de donde vino, nos habla del origen de su cepa Chardonnay que recuerda a la piña madura con un toque cambur; al agitar, nuestros sentidos despiertan hacia las notas minerales características de su suelo y entorno, dejándonos con ganas inmediatas de probar para que al final sintamos en boca su equilibrado gusto afrutado, madera elegante, almendras y largo final.
Ha cambiado mucho Amelia desde la primera vez que nos conocimos, la presentación que llegó al mercado del año 2005 definitivamente es una de mis favoritas; la podría acompañar con salmón y muchos tipos de mariscos, pero preferiblemente la tomaría sola, para filosofar sobre la vida teniendo como escenario y compañía una profunda vista hacia mar.
Vanessa Barradas
Sommelier
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