Cuando están pequeños no se ve tan mal que no estén habituados a algunas cosas, pero el problema es que no van a ser pequeños siempre, van a crecer sin saber comer de todo; y cuando no son tan pequeños, eso no es precisamente un buen hábito, menos cuando tienen que comer fuera y empezar a “esculcar” la comida, como dice mi mamá.
Los alimentos nuevos siempre son algo difíciles de comer, entonces la solución es una: procurar, en la medida de lo posible, que ¡no hayan alimentos nuevos! Es decir, prepara para tu familia platos variados de manera tal que tus pequeños se habitúen a todo. Incluye frecuentemente pollo, pescado, granos, vegetales…
Para Natalia, el momento de la comida no es su favorito; así que si de cualquier modo va a protestar, pues yo prefiero que lo haga con un plato de arroz con pollo que por uno de pastina con queso crema. Si sólo va a comer 4 cucharadas, que sean de alimentos saludables y no de alimentos que engordan sin alimentar.
Obviamente, es importante respetar las diferencias individuales y los gustos de cada uno. Todos los niños tienen ciertas preferencias y rechazos por algunas comidas y esto es necesario reconocerlo y respetarlo; el problema es cuando la lista de lo que no les gusta es mayor de la lista de alimentos que sí les gusta, o peor aún cuando la calidad de los alimentos favoritos es terrible en comparación con los rechazados.
Así pues, que los alimentos serán nuevos para ellos en la medida que se los ofrezcas poco. Ya comenté en mi artículo Los nuevos alimentos que una investigación hablaba acerca de la necesidad de dar a probar entre ocho y diez veces cada nuevo alimento para que pudiera ser aceptado, entonces ¡manos a la obra!
Una alimentación balanceada y variada, además de ser saludable te permitirá llevar mejor el tema de la comida en un futuro, pues tu hijo estará habituado a ver siempre alimentos diferentes en su plato.
Cuanto antes empieces mejor, es mucho más fácil hacer esto con un bebé de 1 año que se inicia en una dieta sin restricciones (salvo en caso de alergias), que en un niño de 10 años que ya ha afianzado unos hábitos, probablemente malos… de cualquier modo, mientras más pronto comiences, menos difícil será.
Obviamente, el tema del ejemplo aquí es muy importante: si papá o mamá no comen vegetales, pues el pequeñín tampoco lo hará.
El menú que te traigo hoy es: caraotas rojas con pedacitos de chuleta ahumada, arroz y platanito horneado.
¡Que tengas feliz semana!
Nadyra Muhammad Mirabal
Psicopedagoga y la mamá de Natalia.
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