Es la eterna discusión. Pero la cuestión no se resume sólo a estas dos variables. También entran en juego los Single Vineyards, los Blend de una sola cepa, los Blend de vineyards, los bivarietales, los trivarietales, y vaya uno a saber cuántas posibilidades más. En esta nota le contamos cómo nacieron los varietales, y cuáles son las diferencias entre éstos y los vinos de corte (o multivarietales). Además le explicamos qué significan esas palabras raras que nombramos en este párrafo
Primero, vamos a la definición del diccionario: Un vino varietal es aquel compuesto únicamente por una sola cepa de uva. Puede ser Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, etc. Según la legislación argentina, basta con que contenga un 85% de la cepa que se anuncia en la etiqueta para considerarse varietal. El 15% restante, Dios sabrá. Salvo que la etiqueta diga, por ejemplo “100% Malbec”.
En cuanto a un vino de corte (o genérico, o blend, o assamblage, o multivarietal) es aquel conformado por dos o más tipos de cepa de uva. Su proporción en porcentajes es muy variada, acorde a la cantidad de cepas que participen en su composición. A modo de ejemplo, diríamos que el típico corte de vino francés sería Cabernet Sauvignon – Merlot - Cabernet Franc. Y si hablásemos de algún corte típico argentino, éste sería Malbec – Cabernet Sauvignon.
Y ahora, un poco de historia. Como sabemos Europa, y más puntualmente Francia, es la cuna de los grandes vinos. Allí es donde comenzaron a hacerse excelentes ejemplares. Pero el asunto era muy diferente de como es ahora. Antes de la década de 1960 podríamos decir que no existían en el mundo vinos varietales, existían sólo vinos de corte. Los vinos en Francia se elaboraban por pagos o zonas, esto quiere decir que el productor que tenía su bodega en, por ejemplo Borgoña, realizaba su vino y en la etiqueta, además del nombre del vino, el año de cosecha, y el nombre de la bodega, nombraba el terruño del cual provenía, o sea Borgoña (o Pomerol, o la zona que fuese). Pero no se nombraban las variedades que lo componían.
Hasta que irrumpió en escena Estados Unidos. Sucede que los vinos del Nuevo Mundo no tenían como rivalizar con la jerarquía de los nombres del Viejo Mundo, y en California se producían (y se producen) muy buenos vinos. Entonces un periodista norteamericano llamado Frank Schoonmaker propuso a los bodegueros de su país en los años 60 copiar una idea que había nacido en Alemania: colocar en las etiquetas de los vinos qué uvas los componían. Y elevó la apuesta: hacer vinos de un solo tipo de uva. Entonces los consumidores ya no hablarían de Pomerol, Borgoña o Bordeaux, sino de Merlot, Pinot Noir, Malbec, etc. Fue así como Estados Unidos puso en marcha su gigantesco mecanismo de marketing, y hoy en día tenemos vinos varietales por todo el mundo.
Pero, ahora que conocemos que significa un vino de corte y un vino varietal, y que sabemos su historia: ¿Cuál de los dos tipos es mejor? No hay mejor o peor, son diferentes. En un vino varietal podemos encontrar los rasgos bien marcados propios de la cepa que lo compone, como así también la influencia de los distintos suelos y microclimas en los cuales se vinifica, y su paso por barricas. Esto significa que en un Malbec de Salta, nacido a gran altura, con determinado suelo y clima, vamos a encontrar determinadas características, las cuales serán diferentes a las de un Malbec de Mendoza, de Rio Negro o de San Juan, por nombrar zonas argentinas. Lo mismo sucede con los distintos periodos de maduración en barricas de roble que se le pueden otorgar al vino.
En lo que respecta a los vinos de corte, el enólogo tiene ante sí toda una paleta de sabores y aromas para armar un cuadro complejo, que otorgará características únicas del “terroir” de donde proviene y su proceso de elaboración. Unirá los adjetivos de una cepa con los de otra hasta llegar al punto máximo de complejidad posible, donde pueden participar un número ilimitado de tipos de uva. Incluso, cuenta una leyenda que todo gran tinto de la zona francesa del Médoc, tiene un pequeño porcentaje de vino blanco.
Por estos motivos, si Usted a mi me preguntara si el Malbec es el mejor vino argentino, yo le respondería que en Argentina se producen los mejores Malbec del mundo, ya que dicha cepa encontró en estas tierras sus suelos y climas ideales. Pero eso no significa en lo absoluto que sea el mejor vino argentino. Aquí se producen grandes Cabernet Sauvignon y excelentes vinos de corte. El problema es que en el resto del mundo también, y hay que buscar cómo diferenciarse, y ahí está el Malbec.
En cuanto a las demás definiciones que citamos en el primer párrafo, le cuento que los “Single vineyards” son los vinos producidos con las uvas de una misma zona o finca. Como vimos, antes todos los vinos eran así. Después resultó que las grandes bodegas comenzaron a tener plantaciones diseminadas por varios lados, y al final se mezcla todo en la cuba de fermentación. El concepto de “Single vineyard” es volver un poco a las raíces.
Los “Blend de una sola cepa” son vinos en los que se busca darle un valor agregado a un varietal, por eso se mezclan uvas de una misma cepa producidas en distintas zonas o provincias. En el caso de los “Blend de vineyards” la intención se centra más en conjugar uvas de distinta variedad que provengan de vides de distintas edades y suelos. Y hablar de bivarietales o trivarietales, es lo mismo que hablar de vinos de corte. Finalmente, todas cuestiones de marketing, como en 1960.
Por Diego Di Giacomo
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Fuente: anbariloche.com.ar
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