Ya te hemos explicado en más de una ocasión que la cata de un vino se divide en distintas fases: en primer lugar la visual (en la que apreciaremos los matices de color que presenta cada caldo, la presencia o no de carbónico, etc); la fase olfativa y, por último, el examen gustativo.Distinguir todos estos matices durante la fase olfativa de una cata es cuestión de práctica. Te contamos por dónde empezar.
Hoy vamos a centrarnos en la segunda de ellas, esto es, en el apasionante mundo de los aromas que nos ofrecen los distintos vinos. Dar con ellos en una primera aproximación no es tarea fácil. De hecho, a no ser que uno tenga el olfato privilegiado de Jean-Baptiste Grenouille (protagonista de la célebre novela ‘El Perfume’) se trata de una misión prácticamente imposible sin haber ejercitado la nariz y la memoria olfativa de forma previa durante muchas horas.
¿Cómo aproximarse entonces a este mundo en apariencia tan inabarcable? Según nos cuentan desde el 'Consejo Regulador de la D. O Somontano', una buena idea para ejercitar la memoria de los aromas consiste en, en un primer momento, tratar de identificar un olor con una familia aromática y sólo después intentar aislarlo y definirlo de forma más concreta. He aquí un pequeño esquema de esas familias de aromas que, de forma más frecuente, encontraremos en los vinos:
AROMAS FLORALES
Acacia, azahar, geranio, lirio, violeta, jazmín, rosa… Se trata de aromas que se manifiestan de manera más intensa en vinos jóvenes.
En los vinos blancos distinguimos flores blancas y amarillas y en los tintos, flores rojas.
Los blancos jóvenes pueden identificarse por aromas florales a verbena o tilo.
Encontraremos la violeta en los tintos nobles y la rosa en algunos vinos envejecidos de larga crianza.
AROMAS FRUTALES
-Frutas frescas: albaricoque, fresa, frambuesa, melocotón, cereza, limón, cassis, manzana, pomelo, ciruela.
-Frutos secos: dátiles, almendra tostada, avellanadas.
Los aromas frutales deben encontrarse en cualquier vino que se precie.
Los blancos nos traerían aromas de melocotón, limón, albaricoque y pomelo.
Encontraremos la almendra tostada en los blancos nobles y la frambuesa en los tintos jóvenes.
Los tintos nobles nos obsequiarán un bouquet complejo con notas de fresa, cassis, frambuesa y arándanos, entre otras.
AROMAS VEGETALES
-Vegetales frescos: albahaca, menta, hinojo, y hierba cortada.
-Vegetales secos: heno, tabaco y café.
Los vinos blancos con cierta acidez exhibirán el aroma verde de la menta que en los tintos observaremos como pimienta.
El aroma seco del heno está presente en los tintos añejos y el agradable aroma a tabaco es de presencia común en los tintos de reserva.
AROMAS ESPECIADOS
Encontraremos entre ellos la canela, el calvo, la nuez moscada, la pimienta negra y la vainilla. Se trata de aromas siempre presentes en los grandes vinos.
El aroma de la vainilla es característico de la crianza en madera noble.
La pimienta verde se aprecia en los vinos elaborados con garnacha.
La canela, en los blancos muy maduros.
AROMAS VARIETALES
Se refiere a los aromas propios de las distintas variedades de uva. Éstas son algunas de las más importantes:
-Chardonnay: avellana, pan tostado, miel.
-Gewürztraminer: rosa, jazmín, palo rosa.
-Garnacha tinta: eucalipto, regaliz, pimienta verde.
-Garnacha blanca: plantas aromáticas (tomillo), toques anisados, papaya, almendra amarga.
-Merlot: moras, arándanos.
-Pinot Noir: grosella, frambuesa, violeta, tabaco.
-Tempranillo: frambuesa.
-Cabernet Sauvignon: grosella, trufa, café, pimienta verde, cassis.
-Macabeo: Níspero, manzana.
-Syrah: grosella negra, cassis, mermelada de ciruelas, violetas.
CÓMO PROCEDER DURANTE LA FASE OLFATIVA DE UN VINO:
-En primer lugar, nos acercamos a la nariz la copa en reposo (sin haberla agitado previamente) con el fin de extraer los aromas primarios, que nos informarán sobre la variedad de la uva.
-Después, agitando ligeramente la copa aumentará la evaporación y el vino ofrecerá sus aromas secundarios o de fermentación. Son aromas que dominan sobre los propios de la uva.
-Agitando suavemente de nuevo la copa podremos descubrir los aromas terciarios o bouquet. Son aromas secundarios evolucionados en la crianza, a los que se suman los propios de la madera (vainilla, canela, café..). Estos nos darán pistas sobre la maduración del vino, su edad… Se trata de aromas más propios de los vinos envejecidos.
Fuente: hola.com
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