El paladar tiene la última palabraJuan Martínez, chef sumiller de Sibaris Wine Bar en Cartagena, afirma que “las nuevas tendencias en la gastronomía han hecho una revolución en los sabores, texturas y aromas, replanteando todos los esquemas acerca del maridaje entre el vino con los alimentos; por lo tanto, es correcto consumir el vino de su preferencia con la comida escogida”.
Louis Pasteur decía que “el vino es la más sana e higiénica de las bebidas”, tal vez por la naturalidad del proceso que hace de un jugo de uvas fermentado, un buen “estimulante y vasodilatador que aumenta el torrente sanguíneo y oxigena el organismo para un mejor desempeño físico”, según informa Juan Martínez, chef sumiller de Sibaris Wine Bar en Cartagena.
Si en pleno siglo XXI usted es apático a estas bebidas, para el sumiller Hands Peniche aún está a tiempo de sumergirse en este mundo, solo es cuestión de “perderle el miedo a una nueva experiencia” y dejarse tramar por los intensos y afrutados sabores de una buena copa de vino.
“Antes de llegar al vino tinto, hay que iniciar con uno suave al paladar, como los blancos y rosados que son más dulces, semisecos y con poco cuerpo”, sugiere el gerente regional de John Restrepo y Cía.
Es usual que al leer la etiqueta encuentre: “consúmase a temperatura ambiente”; sin embargo, esta indicación no es clara si recordamos que las condiciones climáticas varían de una región a otra.
Entonces, para disfrutar las propiedades del vino, tenga en cuenta que los tintos deben servirse a unos 16°, los espumosos como el champán de 4° a 6°, y los rosados y blancos a una temperatura promedio de 8°.
“Reserve su botella en un lugar oscuro y húmedo, evitando el calor, la luz, la vibración y los olores penetrantes. Un buen sitio es su clóset en caso de no tener una nevera de vinos”, aconseja Peniche.
Si bien los vinos de reserva recomiendan guardarlos acostados o boca abajo, el chef Martínez agrega que “lo importante es el contacto con el corcho, que al mantenerse húmedo se dilata evitando el paso del oxígeno y, así, la oxidación de la bebida”.
¿Y el maridaje? Sencillo, “la gastronomía toma la decisión”, reafirma el chef Jorge Gutiérrez, experto en quesos.
“Primero se escoge la comida y luego la bebida, ella es quien determina lo que se va a tomar”, dice.
Revise la preparación de la comida y los sabores que esta aportará para escoger un vino que potencialice las sensaciones del paladar.
En Colombia, se consume 1,5 litros de vino por persona, la cepa más apetecida es la Cabernet Sauvignon, pero recuerde, la preferencia del vino es subjetiva, su calidad no lo determina el precio, el país o la cepa, el único juez es su paladar. Cada dos meses se realizan catas para principiantes en la ciudad.
Un vino rosado sienta bien con comida igual de suave como quesos Cheddar, holandés o de pasta hilada.
Inguel J. De La Rosa Vence / @InguelJulieth
Fuente: elheraldo.co
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