El Gourmet Urbano: Qué significa catar a ciegas y cómo armar una en tu casa

jueves, 23 de octubre de 2014

Qué significa catar a ciegas y cómo armar una en tu casa

Cada vez están más de moda las catas a ciegas. Joaquín Hidalgo nos cuenta qué son, para qué sirve y cómo realizarlas.

 

Si estás atento al mundillo del vino, o le prestas mediana atención, habrás notado que cada vez más se habla de cata a ciegas. En las vinotecas, los sommeliers y los periodistas la tratan como a una técnica justiciera que pone orden a una góndola por naturaleza desordenada. Pero: ¿qué es una cata a ciegas? ¿para qué sirve? ¿y cómo armo una si tengo ganas?

 

DE CATAS A CIEGAS

Lo primero que hay que saber es que “a ciegas” no es con los ojos vendados. O sí. Depende el grado de fantasía que cada uno tenga sobre este asunto. En nuestro caso –todas las catas de Vinómanos son a ciegas- lo que hacemos es tapar las botellas con una funda negra y la persona que hizo este trabajo no participa de la cata. Sólo así nos garantizamos que los catadores no conocemos el vino que probamos. Y eso es básicamente “a ciegas”.

Toda esta precaución se debe a una sola cuestión: a la hora de juzgar un vino, no hay nada mejor que este método, porque garantiza equidad de criterios, ausencia de prejuicios –negativos y positivos hacia una marca-, y en cualquier caso el vino sólo responde por lo que es y no por lo que se crea de antemano. Ahora, ¿sirve hacer una cata a ciegas en tu casa? Todo depende de lo que busques.

Si quieres divertirte con tus amigos es una buena idea para un sábado a la noche en que no tengas un mejor plan. Sobre todo si alguno es fana mal de una marca y no suelta prenda sobre otro vino, porque lo más probable es que a ciegas no lo elija. Si quieres elegir el mejor vino de una tanda, también sirve. Pero si lo que buscas es beber ricos vinos, la parte ciega de la cosa le quita mucho encanto al asunto, al menos hasta que se descubren las botellas.

En cualquier caso, si quieres armar una cata en tu casa, seguí estos consejos y date un gusto.

 

El armado

Lo primero que tienes que contemplar es que alguien deberá encargarse de enfundar cada botella y ocultar el nombre del vino. Como con los músicos, el que toca nunca baila. Y en este caso, se pierde la parte jugosa del tema, aunque también se reirá mucho si preserva el secreto hasta el final. Su tarea es más extensa igual: se encargará de elegir los vinos, ordenarlos para el servicio y cuidar celosamente que nadie espíe. Un buen tip a recordar es retirarle los capuchones a las botellas porque algunas son muy fáciles de identificar.

 

¿Dónde realizar la cata?

El comedor o el living de cualquier casa alcanza. Sólo necesitas un espacio para que cada catador pueda ubicarse cómodo y tener por lo menos dos o tres copas iguales por delante. Es muy importante que el lugar esté libre de aromas invasivos que puedan alterar las características del vino, como por ejemplo, pintura fresca, asado cercano, un aromatizador de ambiente o simplemente un piso recién escurrido con lavandina.

 

¿Qué necesitas?

Un sacacorchos: es obvio que si no contamos con uno será imposible comenzar la degustación, pero si lo listamos es porque resulta el más olvidable. Aquí la recomendación es tener algún modelo de palanca, que extraiga el corcho sin hacer fuerza.

Juego de copas: la recomendación es tener copas de cristal y si son las estandarizadas de degustación mejor aún. Sino, usa las que tengas en casa, pero trata de que al menos por cada participante haya más de una y que para cada participante sean iguales. Solo así se podrá comparar.

Agua: no es indispensable pero para quienes estén debutando va a ser de mucha ayuda alternar un vaso de agua con cada sorbo de vino.

Mantel o papel blanco: es vital contar con una hoja blanca o una servilleta ídem para poder analizar los colores del vino.

Fichas de cata y lápiz: el truco con la degustación es que cada catador lleve un registro de sus impresiones y luego las comparta con el resto del panel. Las fichas de cata son la herramienta para ello. Deben tener un espacio donde completar los datos del vino una vez descubierta la botella y lugar para describir la vista, el aroma y el paladar, todo con las palabras más simples y personales que encuentres. También es bueno dejar unos renglones para apuntar conclusiones y comentarios finales y de los demás, que siempre aportan.

Pan o galletitas: cualquier producto que consumamos junto al vino podrá alterar sus características por lo tanto cualquier acompañamiento durante la degustación deberá ser neutro con aromas y sabores no muy invasivos.

Recipientes donde escupir el vino: quizás parezca desagradable, pero es la única forma en que se pueden degustar varias etiquetas sin que el alcohol se suba a la cabeza, además los atributos y virtudes de un vino en boca pueden disfrutarse sin necesidad de beberlo. Total, una vez catados, elegís el que más te gustó para tomarlo.

 

Los vinos

Por cada botella podrán obtener hasta 18 medidas de degustación (si no son muy generosas), por lo que atentos con el número de invitados o contemplar una segunda botella por las dudas que la convocatoria tenga más éxito del esperado.

 

¿Cómo elegir los vinos?

Toda cata es una comparación. De forma que catas se pueden tematizar según origen de los vinos, las variedades de uva, estilos, gama de precios o año de cosecha. Podemos decir que todo vale y sin duda es una forma muy divertida de aprender.

Lo ideal es contar en un principio con no menos de tres etiquetas y no más de seis, así se puede asegurar una degustación practicable en tiempo y paciencia. Cuando adquieras rodaje, podrás hacer crecer el número de muestras. Aunque, por experiencia, para pasarla bien es mejor no superar las diez botellas.

Como ideas para las primeras catas, te sugerimos estas cuatro:

  • Diferentes variedades tintas o blancas para identificar las características de cada una.
  • Vinos de una misma variedad pero de diferentes regiones y comprobar cómo cambian con el terruño. Ideal Malbec o Cabernet Sauvignon, que están en todas partes.
  • Una misma variedad criados en barrica versus sin crianza. En esto, ayuda mucho que sean distintas líneas comerciales de una o dos bodegas, no más. 
  • Un mismo vino en diferentes añadas. No son fáciles de conseguir, pero los milagros suceden cada tanto.

Por Joaquín Hidalgo

 

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