La costumbre de tomar un café está muy enraizada en nuestra sociedad, donde se ha convertido en una buena razón para charlar un momento tras un encuentro en la calle. En estos casos lo habitual es acudir a un establecimiento hostelero, donde nos lo sirven molido si no concretamos otra preferencia. Pero en casa, ¿por qué tipo de café optamos?
Las formas más habituales de adquirir café en los comercios es en grano, molido, en cápsulas o soluble. Todas ellas son válidas siempre y cuando el café sea de calidad, pero cada una presenta una serie de ventajas que nos hará decantarnos por un tipo de café o por otro.
El café molido, al ser muy popular, tiene muchas y baratas variantes
Una distinción inicial se refiere a la forma en la que se obtiene el producto. El café en grano es presentado tal y como es el producto, con las lógicas manipulaciones previas de envasado y garantía de calidad, mientras que el molido es también natural, una vez se haya pasado el de grano por una máquina de moler.
El café soluble, bien en tarro, bien en monodosis, ha sido sometido a un proceso previo, que puede consistir en atomización o liofilización. En el primero de los casos, se hace el café para después practicarle unas pulverizaciones finas en presencia de aire caliente. Se consigue así evaporar el agua para que queden solo las partículas de café.
Si se opta por la liofilización, una vez hecho el café se debe congelar. Como contiene una parte muy importante de agua, se forman cristales de hielo que son sometidos a un proceso de sublimación para extraer las partículas de café a través de presión y temperaturas muy bajas.
Ésta es la principal diferencia en el café, aunque cada tipo presenta unas características propias que pueden adaptarse más a nuestro estilo de vida. El café en grano es la forma más natural de hacer café, sobre todo si lo molemos antes de prepararlo, además de impregnar nuestra casa de su rico aroma particular. Sin embargo, hay que tener en cuenta que requiere bastante tiempo del que igual no disponemos.
Café molido
En el caso de que podamos dedicarle unos minutos, una opción intermedia es el café molido que, al ser muy popular, dispone de una gran variedad de mezclas y es más barato que el comercializado en grano manteniendo casi todo su frescor.
La principal ventaja del soluble es su inmediatez, a lo que se puede añadir que con este tipo de presentación siempre usamos la cantidad justa y aprovechamos todo el producto. En el caso de consumirlo en cápsulas se añade el argumento de que existe una gran variedad de sabores, y cada participante en la reunión puede elegir su cápsula preferida.
En cualquiera de los casos hay que recordar que el consumo de café tiene beneficios para nuestra salud, siempre que lo tomemos de manera moderada.
Fuente: Diario vasco
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