El marcado temor o ansiedad al estar en contacto con objetos o situaciones específicas es mal bastante extendido en la sociedad, cuya incidencia algunos estudios han cifrado en un 60% de la población. Lo que resulta curioso es el altísimo número de ellas que tienen su origen en la cocina.
Las gominolas, un dulce manjar... salvo que se sienta fobia por un color [Foto: diariovasco.com]
En el ámbito gastronómico, la fobia primordial podría considerarse el rechazo a la comida. Su nombre científico es ‘sitiofobia’ y se relaciona con la creencia de que la comida está envenenada. Los casos más graves registrados apuntan a quienes creen no merecer la comida, y quienes aseguran no tener órganos, por lo que no necesitan comer.
Hay fobias para todos los gustos: a los alimentos fríos, de un color, aves de corral, pescado…
Otra fobia muy útil es la que impide cocinar o preparar alimentos. La ‘mageirocofobia’, sin embargo, no hay que tomarla a broma, porque responde a un sentimiento preocupante como es pensar que puede causar una enfermedad o contaminar a los demás con el alimento que ha preparado.
Existen otras que pueden resultar incluso beneficiosas para nosotros. Es el caso de la ‘neofobia’ o el rechazo a los alimentos desconocidos. Esta actitud puede ser una ventaja evolutiva para prevenir al hombre de comer alimentos tóxicos, pero es un problema en el caso de los niños, porque solo de pasta y pollo no podrían subsistir con salud.
El listado de fobias relacionadas con alimentos es inmenso y no deben confundirse con alergias, dado que éstas últimas provocan unas reacciones determinadas en el cuerpo, mientras que las primeras se basan en la incapacidad psicológica de la persona de consumir algunos productos.
La fobia a los alimentos de color, a la carne, a los pescados, a los mariscos, a los hongos y setas, a las aves de corral o a las frutas y verduras son más habituales de lo que pensamos. También hay otras más extrañas, como quienes sienten un rechazo irracional al alcohol, quizá relacionado con un episodio traumático de la infancia o debido al alcoholismo de un familiar cercano.
Alimentos fríos
También se han dado casos de temor injustificado a los alimentos fríos, que provoca ansiedad en quien lo sufre, aunque sepa positivamente que no corre un peligro real. Además de a los alimentos fríos, siente temor a las heladas, la nieve o los lugares con muy bajas temperaturas
Como queda demostrado, las fobias gastronómicas son innumerables y de todo tipo, pero se pueden solucionar con terapias de relajación y exposición gradual al estímulo que produce el objeto o situación temida.
Fuente: Diario Vasco
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