El Gourmet Urbano: Los idus de la gastronomía cuaresmal

domingo, 8 de marzo de 2015

Los idus de la gastronomía cuaresmal

Para los romanos los idus de cada mes se correspondía con el día trece, y el trece de febrero se inician las llamadas Parentalias, fiestas en honor a los difuntos, que se prolongaban hasta el día 21. Durante este periodo se sucedían diversas celebraciones, que se iniciaba con las primeras Faunalia en las cuales se ofrecían sacrificios en honor a Fauno. El 15 de febrero eran las fiestas de las Lupercales donde, entre otras manifestaciones, los jóvenes corrían desnudos representando al dios Pan, divinidad fecundadora. Dos días después comenzaban los Quirinales para venerar a Quirino como dios primitivo de Roma y además en este día era el último de las Fornicalias donde se ofrecían alimentos y otras primicias, así como la "Stultorum festa" o Fiesta de los Tontos, la cual se transformará en el Carnaval Cristiano.

El 21 era la fiesta de la Feralias de los difuntos, que cerrarán las fiestas de las Parentalias. Y finalmente el 22 se celebraban las Fiestas de las Caristías o las fiestas de los muertos de la familia y era entonces cuando los romanos se reunían en familia y honraban a los suyos con una fiesta gastronómica en donde agradecían a sus dioses que aún siguieran vivos. Y es tomado este día 22 por los primeros católicos como el día de la institución del pontificado romano y lo hacen con banquetes y fiestas gastronómicas.

El mes de febrero era un periodo donde se recordaba a los suyos y además lo hacía con banquetes en los que se consumían aquellos platos que eran del gusto de los que ya no estaban, además se les llevaba leche, vino y miel a los lugares de enterramiento para que pudieran consumirlos en el más allá.

Esta relación entre los vivos y los muertos se ha transformado en nuestra sociedad actual en un periodo entre Don Carnal, que representa la Carne y lo licencioso y Doña Cuaresma, que es tiempo litúrgico de meditación, pero como en las fiestas romanas de este periodo también está muy presente la gastronomía, de tal manera que son días en que la llamada Cocina de Cuaresma, aunque ya he escrito en otras ocasiones, solo es en la actualidad un reclamo turístico más que una realidad del creyente. Por ello, es tomada como reclamo por la propia capitalidad gastronómica como si fuera una enseña de nuestra ciudad, cuando en realidad es como mucho una forma que tiene el cristiano o católico de expresar su religiosidad a través de la gastronomía.

Ahora bien esto no quiere decir, que no debamos señalarla como una característica de nuestra cocina, que lo es. Y lo que hace la nueva cocina es ponerla con traje fiesta, aunque algunos la quieran tergiversar con elaboraciones trampantojas, los que las convierte en verdaderas ilusiones culinarias. Es frecuente que nos ofrezcan un potaje de bacalao con acelgas o alguna sopa cuaresmal donde solo encontremos la referencia en la carta, pues en el plato la imagen es totalmente transformada y transfigurada por la mano de algún cocinero-autor.

Posiblemente el comensal foráneo venga buscando en este año capitolino y gastronómico alguna transfiguración, más que un plato de las entretelas de nuestra tradición.

 

Antonio Gázquez Antonio Gázquez

Fuente: El Periódico de Extremadura

 

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