Lisa acudió a una tienda de pasteles y al recoger el que había comprado, pidió a una de las empleadas que escribiera “happy birthday, Mandy” (feliz cumpleaños, Mandy). La chica le dijo que sí y se lo llevó. Tardó un poco más de la cuenta y, cuando volvió, presentó su trabajo a la cliente quien, sin siquiera ver a detalle el resultado, le agradeció a joven de la pastelería.
“La miré directamente a los ojos y le agradecí mucho antes de ver el pastel. Cuando lo vi, me reí nerviosamente y me dispuse a irme. Realmente no me importó que se viera tan mal. Pensé que sería divertido”, contó Lisa, quien compartió su historia en Facebook. Al llegar a la caja, el encargado no vio tan gracioso el asunto y enseguida les mostró el mensaje a sus compañeros de trabajo.
Para la sorpresa de la compradora, uno de los empleados le puso una mano en el hombro y le dijo “la chica que escribió esto tiene autismo. Muchas gracias por sonreírle y agradecerle. En realidad, se supone que ella no debe escribir en los pasteles, pero probablemente hiciste su día”. Claro, Lisa quedó sorprendida con la revelación y se fue a casa feliz de haber sido amable y con una linda historia para contar mientras disfrutaba de ese deliciosa tarta.
Brenda Molina
Fuente: Hola
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