Con las cápsulas y el ice tea, la tradicional bebida en hebras quiere rejuvenecer su propuesta de consumo replicando algunas de las estrategias que llevó adelante su rival
A pesar de que conserva el segundo puesto en el ranking mundial de bebidas que más se consumen detrás del agua, en los últimos años el té fue perdiendo terreno ante el avance del café. Sin embargo, de la mano de los tés frío listos para tomar y apostando a una mayor variedad de sabores, el negocio tealero está intentado recuperar el mercado perdido apuntando a los consumidores más jóvenes y expandiéndose a la clientela masculina.
Foto: Juan Sebastián Amadeo |
"El consumo de té aumentó mucho en los últimos años, casi al mismo ritmo que creció el concepto de bienestar y la demanda de comidas saludable", indica Inés Berton, una de las argentinas más destacadas a nivel mundial en el sector por diseñar tés para celebrities como el Dalai Lama, los reyes de España y el músico Lenny Kravitz. Además, en 2001 creó su propia marca, Tealosophy y desarrolla también los blends de las marcas Inti Zen y Chamana. Actualmente la empresaria del té tiene tres locales en Buenos Aires (Recoleta, Palermo y Nordelta), más de 300 corners en restaurantes y hoteles de todo el país, ventas corporativas a empresas como Chanel, Hermes, Visa y BMW, y exportaciones a 20 países.
El té es adquirido por el 89% de los hogares argentinos, solamente superado en el rubro de las infusiones por la yerba mate que la compran el 97% de las familias, según datos de la consultora Kantar Worldpanel. Además la bebida de teína se destaca en "hogares de niveles socio económicos bajos de cinco a más integrantes, con amas de casa mayores a 50 años", señalan en Kantar.
Sin embargo, a pesar del alto consumo de té, en los últimos el negocio tuvo una variación negativa de 6,4% en volumen, según la medición de la consultora IES. "Parecía que el té avanzaba con fuerza en el escenario gourmet pero en los últimos cinco años el café se terminó imponiendo dentro del consumo cultural. El té no quiso o no pudo ocupar ese espacio", dice el periodista y sommelier de café Nicolás Artusi.
Parte del retroceso del té en la participación del mercado de las infusiones se debió a la gran cantidad de publicidad que invirtieron empresas multinacionales como Starbucks y Nestlé para posicionar al café como la bebida emblemática de los millennials y de la cultura hipster. Sin embargo, una nueva corriente de comida saludable está creciendo, impulsada en parte por los consumidores vegetarianos y veganos, y el té es percibido como uno de sus mayores banderas.
Los pioneros
Tea Connection fue una de las primeras cadenas gastronómicas en percibir la nueva tendencia y, en 2006, abrió su primer local en pleno barrio de Recoleta. En la actualidad cuentan con 11 tiendas, con un pie en una nueva sucursal en Caballito, y presencia internacional en México, Brasil y Chile. "En un comienzo la marca apuntaba a las clientes mujeres pero ya no es así y cada vez más crece el consumo de los hombres que prefieren una alternativa más sana. Además, el té tiene mucho para contar por la cantidad de variedad de sabores que ofrece", dice Pablo Lorenzo cofundador y CEO del negocio gastronómico. "Dependiendo el momento del año ofrecemos distintas variedades: en invierno son sabores más intensos de té negro. En esta parte del año estamos diseñando distintos blends del estilo florales, con hierbas y frutas a base de té verde. Además con el calor comienza la época de bebidas frías y el ice tea empieza a ser muy demandado", agrega Lorenzo.
En la Argentina la bebida de té helado lista para tomar es comercializada únicamente por Coca-Cola que lanzó en 2013 Fuze Tea y ahora se venden en cuatro sabores: pomelo con té verde y durazno, limón y pera con té negro. "Este tipo de bebida es la quinta categoría más consumida en el mundo y nosotros somos los primeros en llegar al mercado argentino. Esta propuesta responde a una necesidad de consumo que es la alimentación de comida saludable. A esta altura del año las ventas se incrementaron un 30% con respecto al mismo período de 2015 y para el año que viene tenemos planes de nuevos lanzamientos dentro de la familia Fuze Tea", indica Constanza Flores, directora de marketing para la Argentina, Paraguay & Uruguay.
A nivel mundial el consumo de ice tea aumenta impulsado principalmente por la publicidad de marcas como la estadounidense Arizona, que se comercializa en casi todos los mercados de Occidente, incluyendo los países vecinos de Chile, Uruguay y Brasil, y Lipton, perteneciente a Unilever, que en la Argentina está por volver al mercado en saquitos.
Por otro lado las cápsulas, muy asociadas con el café, es otro formato que está creciendo en el negocio tealero, que de la mano de las máquinas Dolce Gusto de Nescafé ofrecen distintas variedades de té en sus sabores y en su preparación.
El té es adquirido por el 89% de los hogares argentinos, solamente superado en el rubro de las infusiones por la yerba mate que la compran el 97% de las familias, según datos de la consultora Kantar Worldpanel. Además la bebida de teína se destaca en "hogares de niveles socio económicos bajos de cinco a más integrantes, con amas de casa mayores a 50 años", señalan en Kantar.
Sin embargo, a pesar del alto consumo de té, en los últimos el negocio tuvo una variación negativa de 6,4% en volumen, según la medición de la consultora IES. "Parecía que el té avanzaba con fuerza en el escenario gourmet pero en los últimos cinco años el café se terminó imponiendo dentro del consumo cultural. El té no quiso o no pudo ocupar ese espacio", dice el periodista y sommelier de café Nicolás Artusi.
Parte del retroceso del té en la participación del mercado de las infusiones se debió a la gran cantidad de publicidad que invirtieron empresas multinacionales como Starbucks y Nestlé para posicionar al café como la bebida emblemática de los millennials y de la cultura hipster. Sin embargo, una nueva corriente de comida saludable está creciendo, impulsada en parte por los consumidores vegetarianos y veganos, y el té es percibido como uno de sus mayores banderas.
Los pioneros
Tea Connection fue una de las primeras cadenas gastronómicas en percibir la nueva tendencia y, en 2006, abrió su primer local en pleno barrio de Recoleta. En la actualidad cuentan con 11 tiendas, con un pie en una nueva sucursal en Caballito, y presencia internacional en México, Brasil y Chile. "En un comienzo la marca apuntaba a las clientes mujeres pero ya no es así y cada vez más crece el consumo de los hombres que prefieren una alternativa más sana. Además, el té tiene mucho para contar por la cantidad de variedad de sabores que ofrece", dice Pablo Lorenzo cofundador y CEO del negocio gastronómico. "Dependiendo el momento del año ofrecemos distintas variedades: en invierno son sabores más intensos de té negro. En esta parte del año estamos diseñando distintos blends del estilo florales, con hierbas y frutas a base de té verde. Además con el calor comienza la época de bebidas frías y el ice tea empieza a ser muy demandado", agrega Lorenzo.
En la Argentina la bebida de té helado lista para tomar es comercializada únicamente por Coca-Cola que lanzó en 2013 Fuze Tea y ahora se venden en cuatro sabores: pomelo con té verde y durazno, limón y pera con té negro. "Este tipo de bebida es la quinta categoría más consumida en el mundo y nosotros somos los primeros en llegar al mercado argentino. Esta propuesta responde a una necesidad de consumo que es la alimentación de comida saludable. A esta altura del año las ventas se incrementaron un 30% con respecto al mismo período de 2015 y para el año que viene tenemos planes de nuevos lanzamientos dentro de la familia Fuze Tea", indica Constanza Flores, directora de marketing para la Argentina, Paraguay & Uruguay.
A nivel mundial el consumo de ice tea aumenta impulsado principalmente por la publicidad de marcas como la estadounidense Arizona, que se comercializa en casi todos los mercados de Occidente, incluyendo los países vecinos de Chile, Uruguay y Brasil, y Lipton, perteneciente a Unilever, que en la Argentina está por volver al mercado en saquitos.
Por otro lado las cápsulas, muy asociadas con el café, es otro formato que está creciendo en el negocio tealero, que de la mano de las máquinas Dolce Gusto de Nescafé ofrecen distintas variedades de té en sus sabores y en su preparación.
Consumo aspiracional
Si bien tanto el té como el café son bebidas milenarias que se preparan a partir de productos naturales surgidos de las plantas, una es de las hojas y la otra de la semilla del fruto, la infusión a base de teína está asociada al mundo del relax y la tranquilidad, y el café está más integrado a la actividad laboral.
"El té empezó como un hábito de las mujeres que se juntaban a las cinco de la tarde a conversar; tenían otro ritmo. Mientras que la pausa para tomar café se popularizó después de la revolución industrial donde en las fábricas les daban cafeína a los trabajadores para que se mantuvieran despiertos", cuenta Artusi.
Al día de hoy, la bebida negra sigue estando incorporada en el hábito laboral con los famosos coffee breaks y las máquinas expendedoras de café, sin embargo el té no se queda atrás y cada vez son más las empresas que incorporaron a los saquitos a su oferta de bebidas para sus empleados. "La elaboración del té es muy sencilla, con sólo un dispenser ya se puede preparar la infusión", dice Berton, autora de dos libros de té y de un disco de música.
Los dueños de Tea Connection fundaron también en 2011 la cadena Green Eat, con el fin de ofrecer comida saludable al paso y asociada al café. "Tea Connection está pensado para momentos de encuentro a la mañana o a la noche, para pasar un buen momento en tranquilidad, por eso las tiendas están localizadas en zonas residenciales. En cambio, las sucursales de Green Eat, donde tiene baristas que ofrecen variedades de café, están en shoppings y lugares céntricos con el fin de ofrecer comida sana al paso a los consumidores que tienen poco tiempo", sostiene Lorenzo.
De igual manera, detalla que mientras el café varía principalmente en la forma de preparación, y demanda un mayor conocimiento del consumidor a la hora de distinguir el origen de la semilla, cuando se trata del té, lo que se diferencia son las variedades de sabores y no es necesario que el cliente esté muy informado para distinguirlos.
La Argentina es el décimo productor de té en el mundo, exporta entre el 85 y 95%. A pesar de que el sector en general esta inmerso en una crisis como consecuencia de que la concentración de la exportación en pocas empresas, en 2015 se vendieron al mercado internacional 76.000 toneladas de té negro a granel que significaron ingresos por US$ 100 millones, según la medición de IES.
Sofía Diamante
Fuente: La Nación
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