El recorrido tiene que empezar por el Monasterio Agustino de Mülln, la cervecería más antigua de Austria. "Hopfen und malz Gott erhalt's" ("Dios guarde al lúpulo y la malta"). Cientos de placas como está reciben al viajero. Sus salones y mesas rezuman tradición, fiesta y tertulia en una curiosa convivencia de vecinos y turistas, deseosos de probar la cerveza en sus populares jarras de piedra. Märzenbier, Fastenbier y Bockbier se llevan la palma entre las preferencias de los visitantes y con un precio ajustado: una jarra de media litro cuesta entre 2,80 y 3 euros. Para acompañar; asado de cerdo o las clásicas salchichas y quesos, que se venden en el Standlgang, una zona de puestos (antiguas celdas) situada en el interior del viejo monasterio.
Algunos locales clásicos son Stieglkeller, Fideler Affe o Die Weisse
El que quiera tocar, ver, disfrutar del aroma, y degustar esta bebida tiene otra sugerente opción en la ciudad. No es otra que el Museo de la Cervecería Stiegl Brauwelt, el más grande de los que existen en Europa. Se puede degustar el crujiente pan Brezen acompañado de una rica cerveza de barril en su encantador patio-jardín al aire libre con música en directo en los meses de verano. La cervecería se ha convertido así en un espacio muy popular que también acoge espectáculo de folklore tradicional, música jazz o cabaret.
La ruta cervecera puede continuar por otros muchos establecimientos distribuidos por toda la ciudad. Entre los clásicos figura "Stieglkeller", que destaca por sus magníficas vistas desde la parte alta del casco antiguo; "Fideler Affe" es otra propuesta llena de sabor tradicional pues su registro oficial data de 1407 y cuenta con una legendaria cerveza en su carta (Trumer Weisse); o "Die Weisse" (1901), situado en Rupertgasse, combina la tradición y el nuevo diseño contemporáneo.
En cuanto a las apuestas nuevas conviene darse una vuelta por "Gusswerk", a las afueras de Salzburgo. En esta cervecería se produce una cerveza biológica ya muy premiada en Europa y muy consumida entre los salzburgueses. El 80% de su producción, 2.000 hectolitros anuales, se vende a particulares.
La ruta cervecera puede continuar por otros muchos establecimientos distribuidos por toda la ciudad. Entre los clásicos figura "Stieglkeller", que destaca por sus magníficas vistas desde la parte alta del casco antiguo; "Fideler Affe" es otra propuesta llena de sabor tradicional pues su registro oficial data de 1407 y cuenta con una legendaria cerveza en su carta (Trumer Weisse); o "Die Weisse" (1901), situado en Rupertgasse, combina la tradición y el nuevo diseño contemporáneo.
En cuanto a las apuestas nuevas conviene darse una vuelta por "Gusswerk", a las afueras de Salzburgo. En esta cervecería se produce una cerveza biológica ya muy premiada en Europa y muy consumida entre los salzburgueses. El 80% de su producción, 2.000 hectolitros anuales, se vende a particulares.
Fuente: 20 Minutos
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