El Gourmet Urbano: Consejos y recetas de tupper para comer bien en el trabajo

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Consejos y recetas de tupper para comer bien en el trabajo

- El comparador de seguros de salud Acierto.com establece unas pautas básicas para que lo consigas.

Era inevitable: agosto ha llegado a su fin y nos ha conducido al comienzo de un nuevo curso. Toca volver a la oficina luciendo bronceado y presumiendo de viajes (los que hayan podido). Y, también, cambiar el desayuno continental y relajado por el café con prisas, y los calamares del chiringuito y la cervecita por las comidas de tupper. No es de extrañar entonces que, según los datos del comparador de seguros de salud Acierto.com, entre el 35% y 65% de los españoles sufran el síndrome postvacacional al reincorporarse al trabajo.




Un punto en el que la alimentación resultará clave. Porque sí, lo que te llevas a la boca influye en tu estado de ánimo. Por desgracia, comer en el trabajo a veces hace que adquiramos malos hábitos. Para prevenirlos, la entidad ha recabado una serie de recetas originales para que comas bien sin aburrirte, así como unos consejos básicos para hacerlo con seguridad.

Poderosa quinoa


Dicen que si el maná existió, seguramente era quinoa. Es uno de los considerados “superalimentos” por la cantidad de nutrientes que aporta al organismo, aunque ya lo descubrieran mucho antes los Incas. Es especialmente rica en hierro y aporta todos los aminoácidos esenciales.

Pero lo mejor es que es tan versátil como la pasta o el arroz. Por ejemplo, puedes comerla fría, como una suerte de Taboulé (con tomate, cebolla, pepino y ajo muy picados y un toque de hierbabuena) o caliente, salteada con verduras. Algunos grandes chefs incluso la usan para sustituir el arroz o los fideos del cocido. Y queda riquísimo y muy original.

Las lentejas no son lo que eran


¿Quién dice que las lentejas solo pueden comerse en caliente? Si no tienes microondas en el trabajo, puedes optar por unas lentejas frías: en forma de ensalada. Si además las combinas con arroz, estarás haciendo combo nutritivo. Y si añades un chorrito de limón aportarás la Vitamina C que el cuerpo necesita para asimilar el hierro. Más ventajas: las lentejas facilitan la digestión, por lo que son ideales para seguir con la jornada sin acusar una digestión pesada.

Mézclalas con tomate fresco, mozzarella o queso feta, espinacas crudas, unos brotes frescos, unas grosellas, unas nueces y piñones; y adereza la ensalada con una vinagreta de miel, aceite, mostaza y aceite balsámico.


Del wok al tupper


Un buen plato al estilo wok es un plato equilibrado: carne o pescado asados con verduras, todo salteado con poco aceite. Es una receta que aporta proteínas y vitaminas, pero que además es ligera, por la forma de cocinado. Solo tienes que cortar las verduras y la carne en tiras y saltearlo todo en un wok. Y de ahí, a la fiambrera.

La polifacética ensalada campera


Polifacética, porque en cada casa se prepara de una manera. Como la ensaladilla. En lo que todos estamos de acuerdo es en que la base es la patata cocida. A partir de ahí, la imaginación es el límite: pimiento verde, cebolla, pepinillos, aceitunas, zanahoria en tiras, tomate, huevo duro, atún… Hay quien incluso añade alubias blancas. Con todos estos ingredientes, funciona perfectamente como plato único.

Tupper y pescado no son incompatibles


Cierto es que el pescado suele comerse a la plancha o al horno y no admite pasar por el microondas. Pero si optas por pescados en conserva, las posibilidades de combinación se tornan infinitas. Pueden ser la base de ricas y creativas ideas.

Hasta puedes disfrutar en formato tupper de recetas tradicionales, sabrosas y sanas como una Pipirrana de Bacalao almeriense (bacalao desalado, tomates y pimientos secos, aceitunas y naranja). O una empanada gallega de atún o una auténtica ensalada pantesca con caballa, originaria de Sicilia.

A la rica crema fría (o templada)


Ya sea una crema de calabacín y mozzarella, de calabaza y patata o una vichyssoise, todas comparten una serie de características: son fáciles de preparar, son sanas y pueden (incluso deben) tomarse templadas. Por tanto, son perfectas para llevar al trabajo. Porque comer de tupper no significa renunciar a la cuchara. Eso sí, asegúrate de llevar recipientes con un buen sistema de cierres, que un líquido siempre es más peligroso de transportar.

Tupper de pasta exótico



Comer de tupper y además pasta puede resultar el colmo de la mundanidad. Pero, ¿y si cambias los macarrones por unos noodles, y la consabida salsa de atún y tomate por langostinos, soja, tofu y salsa de cacahuetes? Efectivamente, estarías ante un Pad Thai, un clásico de la cocina tailandesa. No te olvides de llevar palillos. Ya que te pones en modo oriental no puedes comértelo a la occidental.

Reinventando la fruta


Incorporar la fruta a tus recetas es una buena idea para hacer de ese plato único todo un menú completo. Hay multitud de preparaciones para jugar a hacer de la fruta un ingrediente más, como ese Pipirrana de Bacalao, con naranja. La manzana resulta muy versátil en este sentido: cortada en dados, puede aportar aún más frescor a una ensalada. Pochada, se convierte en un ingrediente sorpresa que le da el punto de dulzura a cualquier guiso. ¿Y qué tal una ensalada de sandía, con aguacates y anchoas? Fresca, rápida y sencilla.

Consejos para comer bien en el trabajo


En todo caso existen una serie de consejos que te garantizarán una alimentación segura y sana en el trabajo. Por ejemplo, hazte con una bolsa térmica adecuada para transportar los alimentos y mantenerlos en perfecto estado durante más tiempo; mete la comida en la nevera en cuanto llegues a la oficina y separa los lácteos que requieran de refrigeración del resto de la comida, especialmente si la metes templada en la tartera.

Tómate tu tiempo para comer con calma y respeta los horarios. No hacerlo podría incluso afectar a tu productividad. De hecho la ausencia de descanso y la comida en condiciones inadecuadas conducen a la fatiga, a problemas de peso y a una caída del rendimiento laboral.

Evita aquellos ingredientes cuya textura se modifique con el calentamiento. Esto son los hojaldres y masas, fritos, etcétera. También ocurre con carnes como el pollo que pueden llegar a quedarse secas, especialmente partes como la pechuga. Prescinde de los poco cocinados o crudos como ceviches, pueden resultar peligrosos. Lo mismo sucede con la carne al punto y similares.

Acude al nutricionista si no sabes cómo alimentarte en el trabajo de forma sana. Te ayudará a aprender a comer de manera saludable. Para acceder a él puedes optar por un seguro de salud, en cuyo cuadro médico suelen figurar numerosos profesionales de este tipo. Además, otro punto fuerte de este tipo de pólizas es que te permitirán también acudir a otros especialistas que pueden complementarse con él, como el endocrino y similares.

Llévate el aliño de la ensalada aparte para que no se reblandezca la lechuga y, si te llevas pan, hazlo congelado. Ya se descongelará durante la mañana. De esta manera no se pondrá duro. Comprueba que el táper es apto para el microondas, algunos plásticos pueden acabar resultando dañinos para la salud cuando se calientan, especialmente si no cumplen la normativa correspondiente. Si es de vidrio, tanto mejor -los tuppers de este material pueden esterilizarse, un punto muy a su favor-. Límpialo bien con agua caliente cuando acabes y que no te puedan las prisas.

No sucumbas tampoco a las máquinas de vending, ni a los dulces, ni al picoteo entre horas por muy estresante que se presente tu día (y lo cómodo que sea tomarlos frente al ordenador). Intenta planificar la comida con antelación. Y si compartes comedor con otras personas, evita ingredientes que despidan olores que puedan molestar a tus compañeros.

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