Historia, restaurantes de estrella Michelin y la mejor cerveza tostada del mundo se dan cita en el destino más coqueto de la isla Esmeralda
Alrededor de un castillo normando del siglo XII creció Kilkenny, considerada la ciudad más pequeña de Irlanda. Con poco más de 10.000 habitantes en su núcleo urbano, es la capital de la mejor cerveza tostada del mundo, de la que dan buena cuenta sus cientos de pubs y restaurantes de alta cocina.
Pubs Kilkenny, Irlanda. Foto Antonio Campoy.
Irlanda no tiene rincón que no merezca la pena. Naturaleza desbordante, acantilados de infarto y paisajes de verde infinito compiten con ciudades en las que el cosmopolitismo convive con las raíces de la isla.
La gastronomía es uno de los grandes atractivos de Kilkenny: de sus pubs clásicos a restaurantes como Zuni, Campagne -con estrella Michelin- o Mocha's Vintage Tea Rooms, las exquisiteces se suceden sin descanso
Pero no todo se reduce a Dublín, Belfast, Cork y una costa que desafía al Atlántico. El interior esconde lugares de los que enamorarse nada más poner un pie en ellos. Por ejemplo Kilkenny.
La ciudad de mármol
Situada al sureste de la isla, es la capital de condado más pequeña del país. Pero, además de 'la ciudad más pequeña de Irlanda', también es conocida por el sobrenombre de la 'ciudad del mármol', gracias a sus canteras de caliza negra, cuyo pulido recuerda a este material.
Kilkenny es la capital mundial de la cerveza tostada, cuyos tonos rubí son conocidos en todo el planeta
Sin embargo, no es este el color que más atrae de Kilkenny, sino el rojo. No en vano, es la capital mundial de la cerveza tostada, cuyos tonos rubí son conocidos en todo el planeta.
Resulta increíble comprobar cómo un lugar tan pequeño puede tener tantísimas referencias notables en el mundo de la cerveza irlandesa, que es mucho más que la Guinness.
No solo de Guiness viven los cerveceros en Irlanda. Turismo de Irlanda.
Cerveza Kilkenny
De hecho, una de las firmas se llama como la propia ciudad. La Kilkenny es una cerveza tostada, cremosa al paladar y suave. Hasta 2013, se elaboraba en la cervecería más antigua de Irlanda: la de San Francisco.
Cervezas tostadas como la Kilkenny o la Smithwick's son las reinas de los pubs en la ciudad
Esta abadía del siglo XIII, declarada Monumento Nacional, conserva parte de su estructura y es uno de los rincones que no nos podemos perder en la ciudad.
Para entender y amar (aún más) la cerveza tostada no hay que perderse la Smithwick's Experience.
Pero si hay una referencia cervecera, esa es la de Smithwick's. La familia Smithwick empezó a elaborar cerveza en 1710 y, desde entonces, no hizo más que expandir su negocio, hasta convertirse en una de las referencias del país, junto a Murphy's y Guinness (actuales propietarios de la marca, por cierto).
Aún se sigue elaborando en Kilkenny y la Smithwick's Experience es una de las atracciones más valoradas por los visitantes de la ciudad, incluso los no cerveceros. Así, es posible conocer el secreto de la curiosa mezcla de granos que permite a esta cerveza roja tener un toque caramelizado al paladar. Al estar en pleno centro de la ciudad, es una actividad perfecta en cualquier momento.
De pub en pub
La mejor forma de disfrutarla es en alguno de sus cientos de pubs. Los propios irlandeses consideran Kilkenny un gran destino para una escapada divertida con amigos, un fin de semana de fiesta y desconexión, con buena cerveza, música en directo, buena gastronomía tradicional y la posibilidad de conocer algo más de la historia medieval del país.
Y, todo ello, en apenas unos kilómetros cuadrados… o metros, y es que abundan las calles en las que los pubs se van sucediendo uno tras otro.
Referencia gastronómica
La restauración no se toma a broma en esta pequeña ciudad. Abundan los locales con encanto, como Zuni, que es un hotel boutique pero, sobre todo, un restaurante con premios por su elaborado menú de alta cocina.
Su cordero asado o su solomillo se preparan con maestría y los postres tienen el toque perfecto de espectáculo, especialmente el de la bola de chocolate que se derrite a la vista del comensal, mostrando un interior de dulce.
Este postre en el Restaurante Zuni es todo un espectáculo. Kilkenny, Irlanda.
Claro que los amantes de los postres no deberán irse de Kilkenny sin acercarse al Mocha's Vintage Tea Rooms. Esta cafetería es todo un deleite. Vajilla de porcelana, dulces elaboradísimos, tradicionales bocados como los scones, una decoración tan barroca que engancha y, sobre todo, hace unas tartaletas que no son de este mundo.
Frente al Mocha’s encontramos Campagne, un restaurante con estrella Michelin. Su propietario, Garret Byrne, está considerado uno de los mejores cocineros de Irlanda.
Campagne Restaurant. Kilkenny, Irlanda.
Su menú cuenta desde conejo con foie al mejor pato asado, pasando por carne de caza o rodaballo. Además, su carta de postres es extensa, permitiendo la visita solo para los bocados más dulces. Sí, nadie dijo que Kilkenny solo mereciera la pena por su cerveza.
Castillo de Kilkenny
Es imposible no tropezarse con la historia viva de Irlanda en Kilkenny. Su castillo, sobre el que gira la ciudad, es buena prueba de ello.
Construido por los normandos a finales del siglo XII, cuando trataban de conquistar la isla, hoy es todo un monumento, con una gran pinacoteca, biblioteca, sala de baile... y, a sus pies, una inmensa alfombra de césped desde donde admirar todo el edificio.
Justo allí comienza una ruta de senderismo llamada la Canal Walk, con un paisajismo romántico increíble, que pasa por viejos molinos, bancos donde declararse amor eterno, naturaleza autóctona en libertad, pequeñas cascadas y riachuelos, árboles centenarios... Cada uno decide la distancia que quiere recorrer, la ciudad siempre está cerca.
A los pies del castillo de Kilkenny arranca la ruta de Canal Walk. Foto Turismo de Irlanda.
Fundada en el siglo XIII para albergar a monjes dominicos, la Abadía Negraes otro de los puntos de referencia de Kilkenny. Lo que hoy visitamos es una restauración parcial del siglo XVIII, pues fue arrasada por Cromwell un siglo antes. Alberga una iglesia que celebra misas ininterrumpidamente desde 1814.
Al igual que la catedral de St. Canice, por fuera es de un sobrio gris ceniza. Claro que esta última alberga dentro unas hermosas vidrieras que tiñen de colores el interior.
Es la segunda catedral más grande de Irlanda, tras la de Dublín, y cuenta con una torre campanario a la que a veces se permite la subida (sigue ofreciendo las mejores vistas de la ciudad). Un cementerio a los pies le da el toque tenebroso que no puede faltar en la Irlanda de las leyendas.
El castillo de Kilkenny alberga en su interior pinacoteca, biblioteca... y sala de baile. Foto Antonio Campoy.
Leyendas y fantasmas
Claro que para leyenda, la del restaurante y pub Kytelers Inn, una de las posadas más antiguas de Irlanda (es de 1324) y que cuenta con su propio fantasma: el de Dame Alice Kyteler, primera propietaria del lugar.
Pero no es la única cosa rara. Sucesos paranormales, sonidos extraños, objetos que se mueven solos… llevan siglos protagonizando las historias del restaurante. Con o sin leyendas, la realidad es que en el Kyteler’s se come bien y abundante.
Kytelers Inn. Foto Antonio Campoy.
Y como estas historias abundan en la ciudad, no es de extrañar que incluso se haya organizado un tour para amantes de los fantasmas en Kilkenny, donde es Halloween todo el año.
SERGIO CABRERA
Fuente: Cerodosbe
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