El Gourmet Urbano: #COMIDASALUDABLE | ‘Slow food’: por el respeto a la gastronomía local

domingo, 6 de octubre de 2019

#COMIDASALUDABLE | ‘Slow food’: por el respeto a la gastronomía local

Más allá del disfrute de la comida, promueve la salvaguarda de las tradiciones locales, productos y métodos de cultivo

El término slow food (comida lenta) nombra a un movimiento internacional que se contrapone a la estandarización del gusto en la gastronomía, y promueve la difusión de una nueva filosofía que combina placer y conocimientos. Opera en todos los continentes por la salvaguarda de las tradiciones gastronómicas regionales, con sus productos y métodos de cultivo. El símbolo del slow food es el caracol, emblema de la lentitud.



Carlo Petrini fundó, en 1986, en Bra (provincia de Cuneo, Italia), una asociación con el nombre originario de ArciGola. El movimiento surgió en principio como una protesta ante la apertura de un establecimiento de comida rápida en la propia Plaza de España de Roma.

En 2004, la FAO reconoció oficialmente al slow food como una organización sin ánimo de lucro e inició una relación de colaboración con ella. Desde entonces, el fenómeno slow food ha crecido hasta superar los 100.000 asociados en más de 160 países y han crecido ampliando sus objetivos más allá del simple disfrute de la comida. Los dirigentes quisieron, casi desde el principio, llevar el movimiento un paso más allá e implicarse también en actividades de concienciación social. Es por ello que han centrado sus esfuerzos en promover el uso de alimentos ecológicos, defender la biodiversidad, un consumo sostenible y responsable con los productores, además de querer salvaguardar el patrimonio alimentario de la humanidad y la cultura gastronómica de cada país.

La fao reconoce desde 2004 a la asociación originaria y ya supera los 100.000 miembros

El movimiento distingue a productores, procesadores, comerciantes y gastrónomos que trabajan para comercializar lo que ellos han llamado alimentos y platos del «Arca del gusto», en alusión al Arca de Noé y que forman un listado de alimentos en peligro de desaparición debido a su fuerte vinculación con comunidades o culturas locales muy específicas.

Entre las características de estos productos se encuentran ser de calidad gustativa excepcional, estar vinculados a un área geográfica concreta, ser producidos de forma artesanal y con métodos sostenibles y estar en riesgo de desaparecer.

El llamativo origen de este movimiento, así como sus características y objetivos, lo convierten en uno de los más atractivos de los últimos años y que cada vez está ganando más seguidores entre los productores, los comensales y los restaurantes. La gastronomía de un lugar dice mucho de él, pues se ha construido con lo que proporciona su tierra y se puede ver reflejada la esencia de un país en un plato.

Slow cities, siguiendo el ejemplo


Inspiradas en este movimiento y vinculadas a él por principios similares, nacieron también las slow cities, conocidas como ciudades lentas: son poblaciones comprometidas con la mejora de la calidad de sus habitantes, localidades que desean evitar la homogeneización y celebran las características propias que las convierten en únicas.

Lo hacen, por ejemplo, a través de la protección de alimentos autóctonos y sus productores, la recuperación de platos tradicionales y el impulso de la agricultura y la ganadería ecológicas. Remarcando los rasgos propios, el respeto por el medio ambiente y la conciencia del entorno en el que se vive.

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