Su intenso colorido es resultado de la inclusión de ingredientes saludables, que además los dota de vistosidad y los convierte en la tendencia 'gastro' del momento. ¿Sabes cómo hacerlos?
En Instragram y las cafeterías más 'cool' se ha colado una nueva generación de cafés cuyo colorido, tan variopinto como la paleta del Pantone, acapara toda la atención, convirtiéndolos en la tendencia gastronómica del momento, si bien es cierto que para los más ortodoxos no dejan de ser un invento 'millennial' muy alejado del concepto real del café, en tanto que este pierde el protagonismo. Es cierto que su gusto queda relegado a un segundo plano, pero cede el protagonismo al color y las combinaciones, dando lugar a variedades de lo más creativas, que además quedan muy bien en las fotos y han revolucionado el mundo cafetero.
Uno de los primeros en hacer su aparición estelar fue el matcha latte, que rápidamente acaparó la atención por el color verde que lucía. Muchos consumidores cayeron rendidos ante sus encantos, a pesar de que más de uno pensó erróneamente que el cromatismo era fruto de la adición de distintos colorantes alimentarios. Pero se equivocaban, ya que el responsable es el té matcha molido, una variedad de té verde originario de China, donde tiene una trayectoria de siglos en su cultura gastronómica. Así, no solo se presentaba al mundo como una excelente opción para llenar de color la taza y experimentar con otros sabores, sino también para los veganos, pues carece de proteínas animales, y los que buscan mantener una alimentación más saludable.
El éxito de esta bebida revolucionó el sector, estimulando la imaginación y la experimentación con otros tintes, lo que trajo consigo la aparición de otras versiones de lo más sabrosas, a juzgar por la gran acogida que han tenido, y que 'posturean' como nadie en Instagram. Buen ejemplo de ello es el black latte, es decir, un café de color negro, que se consigue con la adición de carbón activado, el cual luce un aspecto gótico de lo más estimulante.
Foto: iStock.
Todo comenzó con el matcha latte
Uno de los primeros en hacer su aparición estelar fue el matcha latte, que rápidamente acaparó la atención por el color verde que lucía. Muchos consumidores cayeron rendidos ante sus encantos, a pesar de que más de uno pensó erróneamente que el cromatismo era fruto de la adición de distintos colorantes alimentarios. Pero se equivocaban, ya que el responsable es el té matcha molido, una variedad de té verde originario de China, donde tiene una trayectoria de siglos en su cultura gastronómica. Así, no solo se presentaba al mundo como una excelente opción para llenar de color la taza y experimentar con otros sabores, sino también para los veganos, pues carece de proteínas animales, y los que buscan mantener una alimentación más saludable.
Foto: iStock.
El éxito de esta bebida revolucionó el sector, estimulando la imaginación y la experimentación con otros tintes, lo que trajo consigo la aparición de otras versiones de lo más sabrosas, a juzgar por la gran acogida que han tenido, y que 'posturean' como nadie en Instagram. Buen ejemplo de ello es el black latte, es decir, un café de color negro, que se consigue con la adición de carbón activado, el cual luce un aspecto gótico de lo más estimulante.
El color, la clave de su éxito
Un poco más tarde aparecieron otras dos variedades, que, a día de hoy, copan el protagonismo en la carta de cafés de colores: el pink latte y el blue latte. El primero muestra un intenso color rosa, que se debe únicamente a la presencia de zumo de remolacha, el cual se mezcla con el café, la leche y algún endulzante. Pero no es totalmente novedoso, pues surgió como una alternativa más saludable al Unicorn Frapuccino, lanzado por la popular cadena Starbucks, que también luce un color rosa al estar inspirado en el mundo de los unicornios, que suspende en el contenido de azúcar.
Efectivamente, el pink latte es mucho más saludable, pues, tal y como hemos comentado, tiene como ingrediente principal la remolacha, que destaca por su bajo contenido en calorías, siendo una excelente fuente de fibra, hidratos de carbono, vitaminas y potasio.
El pink latte debe su color a la remolacha mientras que el blue latte lo adquiere de la espirulina
Por su parte, el blue latte es azul claro y, desde luego, entra por los ojos. El artífice de tan original creación fue el establecimiento Matcha Milkbar, ubicado en Melbourne (Australia), que buscaba ampliar la carta de bebidas para sus clientes veganos. No obstante, ha aterrizado con fuerza en nuestro país, donde un amplio espectro de consumidores han hallado en él una alternativa saludable, además de un motivo para colorear los lienzos de Instagram. Y es que este brebaje contiene alga espirulina, que es la que le da el color; leche de coco, que le otorga una textura melosa; unas gotas de limón y jengibre. En definitiva, un café que no tiene café, pero que proporciona un inédito gusto a mar. Tanto es así que muchos lo denominan el 'café del mar'.
Además, tiene bastante que contarnos en el ámbito nutricional, gracias a la espirulina que atesora copiosas cantidades de proteínas, vitaminas del grupo B y minerales, especialmente hierro; y la leche de coco, que es una fuente de fibra, de vitaminas del grupo B, ácido láurico y minerales como el fósforo, el hierro y el potasio. No obstante, para quienes quieran disfrutar de sus coloridas bondades, he aquí las recetas.
Pink latte
Foto: iStock.
Ingredientes:
- 2 remolachas
- 250 ml de leche de almendras
- 70 ml de agua
- Una pizca de canela molida
- Miel o sirope de ágave
Elaboración
Comenzamos elaborando el zumo de remolacha. Para ello, juntamos los vegetales pelados y cortados y el agua en un recipiente, los licuamos y reservamos. En un cazuela, calentamos a fuego lento los 200 ml de leche, una pizca de endulzante y la canela. Cuando alcance el punto de ebullición, vertemos el resto de la leche, el zumo de remolacha y calentamos unos minutos más sin que llegue a hervir. Si queremos un resultado más espeso, podemos sustituir la remolacha por la versión en polvo, de la que debemos añadir únicamente una cucharilla de café.
Blue latte
Ingredientes:
- 250 ml de leche de coco
- ¼ cucharadita de polvo de algas espirulina
- ⅓ cucharadita de jengibre molido
- Zumo de medio limón
- 1 cucharadita de miel, jarabe de arce o agave
Elaboración
En una cazuela, calentamos la leche a fuego lento. Cuando haya cogido temperatura, agregamos la espirulina, el jengibre y el zumo de limón, y calentamos cinco o seis minutos. Pasado dicho tiempo, echamos el endulzante, mezclamos bien y calentamos unos minutos más.
Fuente: Alimente - El Confidencial
Sonia Fernández
Fuente: Alimente - El Confidencial
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