El Gourmet Urbano: #PASTELERIA #ESPAÑA | Cuando tu padre es el pastelero

miércoles, 17 de junio de 2020

#PASTELERIA #ESPAÑA | Cuando tu padre es el pastelero

La cocina de casa suele ser el lugar en el que se realiza el primer contacto con la gastronomía de forma práctica. Ese huevo que pides que te dejen cascar, quizás batirlo, y a medida que se va creciendo, incluso, que te permitan arrimarte a la sartén.


Izan y Olaya junto a su padre, Adolfo, preparando unas magdalenas. / EL NORTE
Los hermanos Izan y Olaya utilizan el obrador de su progenitor para elaborar unas magdalenas

Pero hay niños como Izan (10 años) y Olaya (5 años) Pariente Macías que están creciendo rodeados de recetas, sobre todo dulces, y para ellos el laboratorio de pruebas no es otro que el obrador de su padre, Adolfo, el pastelero de Villaverde de Medina (Valladolid).

Comenta Izan que cada vez que ayudan a su padre «nos lo pasamos genial» pero rápidamente descarta la posibilidad de que su futuro vaya a estar vinculado a este negocio familiar, al de Pastelerías Pariente. «No, yo no voy a ser pastelero, voy a ser futbolista», se le escucha decir con contundencia y desparpajo al otro lado del teléfono.

El joven es un forofo del Real Valladolid y a pesar de vivir en este pueblo próximo a Medina del Campo, no falta ni a un solo entrenamiento en la capital ya que juega en las categorías inferiores del Pucela.

Como el saber no ocupa lugar y siempre ayudado por Olaya, Izan conoce a la perfección los ingredientes que va a utilizar para elaborar estas magdalenas y que no son otros que «huevos, azúcar, harina e impulso». Que el menor está familiarizado con este mundo queda claro desde el mismo momento en el que pronuncia la palabra impulso pues un simple mortal hubiera dicho levadura a pesar de que no es lo mismo y mientras que el impulso está recomendado para la repostería; la levadura se usa para masas que son previamente horneadas.

La madre de estos dos niños, Noelia, confirma que les gusta visitar el horno de forma habitual, además está justo al lado de su casa. «Vienen muchas veces y se lo pasan genial aunque en el caso de los niños, ya sabes que tiene que ser cuando a ellos les apetece, nunca obligados».

Este negocio ya lo explotaban los abuelos de Izan y Olaya y su abuelo, Emilio, es muy conocido en toda la zona por dedicarse a la venta ambulante. Todos esos productos que ellos elaboran en su pastelería se van repartiendo de pueblo en pueblo.

«A ellos también les gusta subirse a la furgoneta de su tío para ir a vender», añade Noelia.

El día que suelen acudir al obrador es el sábado en circunstancias normales, en la actualidad, sin unos horarios tan estrictos, cualquier jornada puede ser buena para echar una mano.

Casi no hace falta preguntar lo que menos les está gustando de este tiempo de confinamiento, «los deberes», a pesar de que siempre salen adelante con la tarea y si Izan deja claras sus intenciones, Olaya tampoco se queda atrás a la hora de apuntar que será veterinaria.

De momento, la pastelería forma parte de su mundo de diversión pero en un futuro, nunca se sabe.

SILVIA G. ROJO

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