Sin embargo, consumir berenjenas trae consigo ciertas dificultades, la primera radica en su sabor amargo producto de su elevada concentración de yodo. Para eliminarlo basta con trocearla y esparcir sal sobre ella, dejarla reposar por 20 minutos para luego limpiar con un paño.
Pero, ¿alguna vez has freído, horneado o guisado la berenjena? Si lo has hecho habrás notado la facilidad con la que absorbe líquidos. Esto resulta un inconveniente, especialmente al freír por la gran cantidad de aceite que absorbe.
¿Cómo lo solucionamos? Para comenzar, cortamos las berenjenas de la forma que más guste, luego las colocamos en un recipiente y cubrimos con cerveza durante 20 minutos.
¿Funciona? La acción del carbónico de la cerveza provoca el mismo efecto que los refrescos, pero el sabor amargo de esta bebida le viene bien a la berenjena por su amargor natural. De esta forma la berenjena absorberá menos líquidos durante la cocción.
JOHEN VELASCO
Fuente: MUI Today
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