Hoy día su popularidad es tal que según los estudios “La transversalidad de la cerveza” y “La relación de los españoles con los bares” realizados por Kantar World Panel y Madison Market Research, “es una de las bebidas con mayor alcance poblacional (+18), pues su consumo es el más homogéneo entre las bebidas frías, independientemente de la clase social”. No en vano, las cifras de estos trabajos apuntan que la mayoría de los españoles asocian la cerveza a momentos de convivencia, considerándola una bebida para todo el año (72,3 %); un 59% la asocian a pasar un buen rato; un 52,2% a algo a lo que no querrían renunciar y un 48,7% la señalan como su bebida favorita. Y un dato más, España es el país europeo que más cerveza sin alcohol consume con un porcentaje del 15% según Heineken.
En cuanto a su elaboración, un 95%, aproximadamente, es agua. “Es una bebida natural 100%, porque solo emplea ingredientes naturales como los cereales, malteados o no, y lúpulo, que mezclados con el agua producen un líquido dulce y amargo a la vez, conocido como mosto cervecero, así los componentes de la levadura transforman los azúcares del mosto en alcohol”, indican en Heineken. Y añaden “hay tantos tipos de cerveza como paladares para degustarlas, pero todas se pueden dividir en dos grandes grupos, según su proceso de fermentación. Las que se fermentan a bajas temperaturas pertenecen a la categoría lager, son más ligeras y suelen ser espumosas y suaves, representan la categoría más consumida en España. Por otro lado, las que se someten a procesos de fermentación con temperaturas más altas se denominan ale, tienen aromas más afrutados y tienden a ser más cremosas y oscuras”.
Y, ¿Cómo conservarlas para que no pierdan sus cualidades? Damm responde “Hay que conservarlas en un lugar fresco y seco, preservarlas de la luz y mantenerlas almacenadas entre 0 y 20ºC”. Y si se nos han pasado de fecha, ¿es perjudicial consumirlas? “Es un producto que con el tiempo pierde sus propiedades organolépticas, es decir se va alterando su sabor y también su aspecto ya que se puede ir enturbiando y oscureciendo.
En cualquier caso, una cerveza con alcohol envejecida puede presentarse turbia y con sabor desagradable pero nunca es perjudicial para el consumidor ya que, en la cerveza con alcohol, por su pH, la práctica ausencia de oxígeno, grado de alcohol y presencia de lúpulo no se desarrollan microorganismos patógenos. La fecha impresa en la etiqueta es una fecha de consumo preferente, no es una fecha de caducidad, por lo que puede tomarse una vez transcurrida esa fecha, pero por lo expuesto anteriormente recomendamos que la cerveza se consuma lo más fresca posible”, señala Damm.malteados o no, y lúpulo, que mezclados con el agua producen un líquido dulce y amargo a la vez, conocido como mosto cervecero, así los componentes de la levadura transforman los azúcares del mosto en alcohol”, indican en Heineken.
Y añaden “hay tantos tipos de cerveza como paladares para degustarlas, pero todas se pueden dividir en dos grandes grupos, según su proceso de fermentación. Las que se fermentan a bajas temperaturas pertenecen a la categoría lager, son más ligeras y suelen ser espumosas y suaves, representan la categoría más consumida en España. Por otro lado, las que se someten a procesos de fermentación con temperaturas más altas se denominan ale, tienen aromas más afrutados y tienden a ser más cremosas y oscuras”.
Y, ¿Cómo conservarlas para que no pierdan sus cualidades? Damm responde “Hay que conservarlas en un lugar fresco y seco, preservarlas de la luz y mantenerlas almacenadas entre 0 y 20ºC”. Y si se nos han pasado de fecha, ¿es perjudicial consumirlas? “Es un producto que con el tiempo pierde sus propiedades organolépticas, es decir se va alterando su sabor y también su aspecto ya que se puede ir enturbiando y oscureciendo.
Y, ¿Cómo conservarlas para que no pierdan sus cualidades? Damm responde “Hay que conservarlas en un lugar fresco y seco, preservarlas de la luz y mantenerlas almacenadas entre 0 y 20ºC”. Y si se nos han pasado de fecha, ¿es perjudicial consumirlas? “Es un producto que con el tiempo pierde sus propiedades organolépticas, es decir se va alterando su sabor y también su aspecto ya que se puede ir enturbiando y oscureciendo.
En cualquier caso, una cerveza con alcohol envejecida puede presentarse turbia y con sabor desagradable pero nunca es perjudicial para el consumidor ya que, en la cerveza con alcohol, por su pH, la práctica ausencia de oxígeno, grado de alcohol y presencia de lúpulo no se desarrollan microorganismos patógenos. La fecha impresa en la etiqueta es una fecha de consumo preferente, no es una fecha de caducidad, por lo que puede tomarse una vez transcurrida esa fecha, pero por lo expuesto anteriormente recomendamos que la cerveza se consuma lo más fresca posible”, señala Damm.
Fuente: 7 canibales
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