Además, tomar conciencia de lo que se come, informarse sobre los beneficios de los alimentos y cómo pueden sustituirse de forma positiva es tarea de todos. Compartir esta información con la familia, amigos y la comunidad es una manera de celebrar este día, extendiendo estos buenos hábitos durante todo el año.
Otra de las principales problemáticas, es la dificultad para poder adquirir alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico y grasas buenas. Esto contribuye, en gran medida, a que no sean incorporados en la dieta diaria de la manera adecuada y que sean sustituidos por otros alimentos que no tienen el mismo valor nutricional. Así mismo, también existe la dificultad de cambiar nuestros hábitos alimenticios y saber cuáles son los pasos adecuados para ello. Éstos pueden partir de acciones como reducir el consumo de alimentos procesados y evitar el consumo de grasas saturadas. Si a esto le añadimos adquirir productos tradicionales y locales y aquellos que contribuyen a la lucha contra el desperdicio de alimento, ya habremos dado grandes pasos hacia la mejora de nuestra salud y el cumplimiento de los objetivos de este día.
En este sentido, Frinsa, pionera en sumar esfuerzos a los de aquellas organizaciones internacionales a la vanguardia de la sostenibilidad de los recursos marinos, recuerda todas las ventajas que aportan los alimentos en conserva:
Conservas de pescado: divididas en pescado azul y blanco, destacan sobre todo por su aporte de ácidos grasos Omega 3 y 6, que ayudan a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos así como prevenir enfermedades cardiovasculares. Además, son ricas en proteínas, vitaminas y otros minerales como el calcio y fósforo o potasio.
Conservas de marisco: este tipo de alimentos son ricos en micronutrientes, en especial vitaminas y minerales. Mariscos como los mejillones, las almejas o los berberechos son una fuente de hierro y vitamina B12, lo que contribuye a regenerar el músculo, evitar la aparición de anemia y mantener fuerte nuestra masa ósea. Además, las almejas, por tratarse de un alimento rico en yodo, son recomendadas para deportistas por el desgaste que tienen en este mineral. Otros como los chipirones son ricos, además de en yodo, en calcio, fósforo y vitamina A, ayudando a la recuperación muscular, de huesos y tejidos, así como a fortalecer los anticuerpos a nivel defensivo.
Proteína natural: Frinsa ofrece conservas de pollo y pavo (además de atún claro, salmón y merluza), donde cada lata contiene 31 gramos de proteínas con tan solo dos ingredientes adicionales: agua mineral natural y sal del Himalaya. Sin gluten ni azucares añadidos y bajas en grasas saturadas, son un alimento enlatado en crudo que mantiene todas sus propiedades y favorece una fácil digestión. Entre sus principales beneficios, destaca que las proteínas promueven el crecimiento del organismo, favoreciendo el desarrollo o reparación de músculos, forman anticuerpos, regulan la división celular del cuerpo y son, junto al calcio y la vitamina D, imprescindibles para la formación y conservación de la masa ósea.
Frinsa, en su compromiso por producir alimentos con un valor añadido a través de su departamento de I+D+i, ha realizado un estudio, junto con un equipo de investigación, para desarrollar alimentos funcionales en forma conservas. En este caso, en concreto, se emplearon conservas de atún claro con un sistema novedoso desarrollado para garantizar el aporte de bionutrientes. Los resultados del estudio mostraron que estas conservas garantizaban los 250mg de aporte diario recomendado de Omega 3, y mediante su consume, se consiguieron efectos excepcionales tales como el aumento del HDL (cholesterol Bueno) y la bajada del LDL, VLDL y triglicéridos (colesterol malo).
A efectos de alimento, las conservas de pescado (como el bonito, sardinas, bacalao o salmón…), las de marisco (como los mejillones, navajas, pulpo…) o proteína natural (como pavo, pollo, atún claro, salmón o merluza) nos permiten guardar un alimento fresco durante años sin que pierda prácticamente beneficios nutricionales. Tienen fecha de consumo preferente pero no de caducidad, dando lugar a las latas añejas que evolucionan a sabores más intensos, e incluso mejores, con el paso del tiempo.
Otra de las principales problemáticas, es la dificultad para poder adquirir alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico y grasas buenas. Esto contribuye, en gran medida, a que no sean incorporados en la dieta diaria de la manera adecuada y que sean sustituidos por otros alimentos que no tienen el mismo valor nutricional. Así mismo, también existe la dificultad de cambiar nuestros hábitos alimenticios y saber cuáles son los pasos adecuados para ello. Éstos pueden partir de acciones como reducir el consumo de alimentos procesados y evitar el consumo de grasas saturadas. Si a esto le añadimos adquirir productos tradicionales y locales y aquellos que contribuyen a la lucha contra el desperdicio de alimento, ya habremos dado grandes pasos hacia la mejora de nuestra salud y el cumplimiento de los objetivos de este día.
Su valor nutricional
Conservas de pescado: divididas en pescado azul y blanco, destacan sobre todo por su aporte de ácidos grasos Omega 3 y 6, que ayudan a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos así como prevenir enfermedades cardiovasculares. Además, son ricas en proteínas, vitaminas y otros minerales como el calcio y fósforo o potasio.
Conservas de marisco: este tipo de alimentos son ricos en micronutrientes, en especial vitaminas y minerales. Mariscos como los mejillones, las almejas o los berberechos son una fuente de hierro y vitamina B12, lo que contribuye a regenerar el músculo, evitar la aparición de anemia y mantener fuerte nuestra masa ósea. Además, las almejas, por tratarse de un alimento rico en yodo, son recomendadas para deportistas por el desgaste que tienen en este mineral. Otros como los chipirones son ricos, además de en yodo, en calcio, fósforo y vitamina A, ayudando a la recuperación muscular, de huesos y tejidos, así como a fortalecer los anticuerpos a nivel defensivo.
Frinsa, en su compromiso por producir alimentos con un valor añadido a través de su departamento de I+D+i, ha realizado un estudio, junto con un equipo de investigación, para desarrollar alimentos funcionales en forma conservas. En este caso, en concreto, se emplearon conservas de atún claro con un sistema novedoso desarrollado para garantizar el aporte de bionutrientes. Los resultados del estudio mostraron que estas conservas garantizaban los 250mg de aporte diario recomendado de Omega 3, y mediante su consume, se consiguieron efectos excepcionales tales como el aumento del HDL (cholesterol Bueno) y la bajada del LDL, VLDL y triglicéridos (colesterol malo).
Mantienen sus valores nutricionales
A efectos de alimento, las conservas de pescado (como el bonito, sardinas, bacalao o salmón…), las de marisco (como los mejillones, navajas, pulpo…) o proteína natural (como pavo, pollo, atún claro, salmón o merluza) nos permiten guardar un alimento fresco durante años sin que pierda prácticamente beneficios nutricionales. Tienen fecha de consumo preferente pero no de caducidad, dando lugar a las latas añejas que evolucionan a sabores más intensos, e incluso mejores, con el paso del tiempo.
Por otro lado, no contienen conservantes químicos y su envasado se realiza a través de un proceso natural en el que solo se incluye el alimento y una cobertura (ya sea sal, agua o aceite de oliva) que preserva este y potencia su sabor y propiedades.
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