El pasado 14 de marzo, se celebraba el Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular, una fecha de creciente importancia debido a la elevada incidencia de las enfermedades cardiovasculares en nuestro país. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2018, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad española (por encima del cáncer) con un total de 120.859 fallecimientos y, según la OMS, en los próximos 10 años serán la causa de mortalidad de 23 millones de personas en todo el mundo. Ante estos datos tan alarmantes, Frinsa se suma al apoyo de la prevención de estas enfermedades.
¿Cuál es el problema?
Para entender cómo pueden ayudar las conservas de pescado y marisco a prevenir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, primero, hemos de saber cuál es la raíz del problema. Las afecciones coronarias son el resultado de un proceso denominado ateroesclerosis que consiste en la acumulación de placas de grasas (y otros tejidos) en las paredes de las arterias, dificultando así la circulación de la sangre.
Este proceso, puede afectar a cualquier arteria del cuerpo y es aquí donde juegan un mayor papel las lipoproteínas entre las que destacan dos grandes grupos, las LDL (lipoproteínas de baja de densidad) y las HDL (lipoproteínas de alta densidad), más comúnmente conocidas como “colesterol malo” y “colesterol bueno” respectivamente. Las LDL poseen un mayor porcentaje de colesterol que de proteínas en su composición, y son las encargadas de transportar el colesterol a todas las células del cuerpo, proceso durante el cual puede dar lugar a la acumulación de este colesterol en las arterias y acabar en una ateroesclerosis. Las HDL por otro lado, tienen un mayor porcentaje de proteínas que de colesterol y su función es transportar el mismo desde el corazón hasta el hígado para ser expulsado.
¿Cómo pueden ayudarnos las conservas?
Una vez clara la raíz del problema, hemos de atender a los factores de riesgo que pueden acelerar estos procesos y desembocar en una afección cardiovascular. Entre éstos destacan: el consumo de tabaco y alcohol, el sedentarismo y, por supuesto, la alimentación. Con respecto a este último factor, Frinsa destaca los beneficios de las conservas de pescado y marisco de cara la prevención de estos factores de riesgo.
Las conservas de pescado de Frinsa, en su mayoría, emplean pescado azul como materia prima (atún, bonito, sardinas, caballa, salmón) el cual es rico en ácidos grasos de Omega 3 que tienen un efecto hipolipemiante, es decir, tienen la capacidad de reducir los niveles de lípidos en sangre y con ello regular la actividad de las lipoproteínas, evitando así el riesgo potencial de acumulación de grasa en las arterias. De igual forma, las conservas de Frinsa emplean, principalmente, aceite de oliva como líquido de cobertura lo cual, además de potenciar su sabor, le otorga mayores beneficios.
Además de conservas de pescado, Frinsa también ofrece conservas de marisco que aportan beneficios de cara a la prevención de las enfermedades coronarias. En primer lugar, los mariscos como los berberechos, mejillones o navajas tienen un aporte muy bajo en grasas lo que reduce su ingesta y su presencia en sangre. Además, también contienen ácidos grasos de Omega 3 que, como se ha comentado, son esenciales para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, los mariscos contienen muchos otros minerales que favorecen el correcto funcionamiento del cerebro, reduciendo la probabilidad de padecer ansiedad o depresión. Estos trastornos psicológicos, también se han asociado con las enfermedades cardiovasculares no sólo por sus efectos biológicos si no porque favorecen un estilo de vida sedentario y una alimentación pobre o desequilibrada.
Frinsa trabaja en la fabricación de conservas de la más alta calidad, empleando materias primas naturales y coberturas que potencian el sabor y las propiedades nutricionales del producto manteniendo su compromiso con la salud, la seguridad alimentaria y la prevención de enfermedades.
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