Primero deberíamos explicar que es eso de "por para".
Se trata un vino elaborado por encargo a una bodega y que es para el comprador que, normalmente es un restaurador, un distribuidor, un marchante de vinos o simplemente, un especulador.
Vamos a poner un ejemplo (ficticio). La bodega Fulanito elabora vinos. Por otro lado, debido a su gran producción, un restaurante de eventos, Menganito, que está cerca de la bodega le pide que le embotelle para sus banquetes un número determinado de botellas con una etiqueta diferente en la cual el nombre Fulanito no aparece y, en la parte posterior de la botella solo aparece el número de registro de la bodega, además, el vino se llama Noche de Bodas. Pues ya tenemos aquí un ejemplo de "por para".
En ocasiones, puede pasar que el vino Noche de Bodas guste más que el de Fulanito, cuando en realidad, el vino es el mismo, pero con distinta etiqueta. En este caso intervienen muchos factores tales como la capacidad y fuerza de marca de uno u otro, el momento en el que se toma el vino y el enorme condicionante del propio nombre instalado en nuestro cerebro. Os pondré un ejemplo. Una bodega de Rueda hace un vino para un cliente y, curiosamente, se vende mucho más el hecho "por para", que el propio. La fuerza de la marca es demoledora.
En algunos casos el precio que se paga por un "por para" es muy superior al "original" y, aun así, se vende más.
Y otro dato curioso es que, hay "por paras" en las que se expresa abiertamente, con todas las letras, "Vino Noche de Bodas elaborado por Fulanito para Menganito". En este caso la bodega tiene más fuerza que el cliente que lo encarga.
Otra situación, sorprendente, pero que también sucede es que se inventa un rimbombante nombre de una bodega que no existe, en un lugar que no es real y, para rematarla, se venda contando una historia ficticia de tierra y viña.
Todas estas "triquiñuelas" comerciales no son conocidas por la inmensa mayoría del público. Es más, algunos afirman haber incluso visitado la bodega y conocer a quien lo elabora. Resulta que uno oye, que en tal sitio se hace así o asá un vino y "se queda" la historia, la cuenta en primera persona como actor principal y protagonista, pero en realidad donde supuestamente se elabora ese vino solo hay una tienda de muebles. En fin.
A pesar de todo hay que reconocer que, existen encargos únicos en los que el cliente elige una determinada cosecha y un determinado proceso para obtener un determinado resultado. En este caso son "por paras asesorados" y, en algunas ocasiones, superan con creces los elaborados habitualmente por algunas bodegas.
Como conclusión os diré que no hay que fiarse de lo que pone en las etiquetas muchas veces porque ni todo es tan bueno, ni todo es tan malo. Los "por para" conviven con nosotros y, lo seguirán haciendo.
¿Qué es un RE?
El RE o Registro de Embotelladores es un registro oficial impuesto por la normativa europea en el que deben estar inscritas todas las empresas que envasan o embotellan vinos. Las empresas que envasan o embotellan vino suelen ser habitualmente bodegas, pero también pueden ser empresas envasadoras que compran vino a granel.
En los vinos elaborados por encargo no es obligatorio que aparezca el nombre de la bodega o de la empresa envasadora, pero sí es obligatorio que aparezcan los números del RE, habitualmente, en la parte posterior de la botella.
Las Administraciones Públicas de los Estados Miembros disponen de listas completas de Registros Embotelladores a disposición de los consumidores para consultar quién es el verdadero elaborador o embotellador de un vino. En España se pueden consultar en las webs de cada Comunidad Autónoma.
JAVIER CAMPO
Fuente: Vinetur
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