LA TAZA DE CAFÉ QUE NUNCA FALTA EN UNA MESA ARGENTINA / PIXABAY |
Durante años se lo consideró como causante de distintos padecimientos. Sin embargo ahora, estudios científicos rescatan sus efectos positivos sobre afecciones como Parkinson, cáncer y depresión, entre otras
En nuestro país, más de media población se desayuna con un café, ya sea solo o con leche. Y probablemente la otra mitad acompañe sus reuniones sociales también con un pocillo de por medio. “¿Tomamos un café y hablamos?” debe ser la frase más utilizada para establecer cualquier reunión. Pero siempre ha habido mitos en torno a los beneficios o perjuicios de tomar café. Sin embargo ahora, estudios internacionales parecen inclinar la balanza, definitivamente, hacia el lado de los beneficios, como que se lo asocia positivamente con la reducción de afecciones como el Parkinson, el melanoma, el cáncer de próstata y hasta la depresión.
Es que estudios recientes sobre los efectos del café y la cafeína, su principal ingrediente activo, vincularon su consumo con una reducción en el riesgo de distintos padecimientos, entre ellos la enfermedad de Parkinson, cardiopatías, diabetes tipo 2, cálculos biliares, depresión, cirrosis, cáncer de hígado, melanoma y cáncer de próstata.
De hecho, se ha asociado el consumo diario de cuatro o cinco tazas de café de 236 mililitros (unos 400 miligramos de cafeína) con una reducción en las tasas de mortalidad.
En un estudio de más de 200.000 participantes, por ejemplo, al que se le dio seguimiento durante 30 años, las personas que bebieron de tres a cinco tazas de café al día, con o sin cafeína, fueron un 15 por ciento menos propensas a morir prematuramente, por cualquier causa, por encima de la gente que evitó el café, y en los consumidores moderados de café se destacó la estimulación en la producción de químicos cerebrales que tienen efectos antidepresivos.
Inclusive, un informe elaborado por un equipo de investigación de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, concluyó que “para la mayoría de la gente que bebe café con moderación, puede ser parte de un estilo de vida saludable”.
“Sin embargo esto no siempre fue así - señala la nutricionista Jane Brody, autora de numerosas publicaciones - a lo largo de los años se ha considerado que el café era causante de padecimientos como enfermedades cardíacas, apoplejías, diabetes tipo 2, cáncer pancreático, trastornos de ansiedad, deficiencias de nutrientes, enfermedad de reflujo gástrico, migraña, insomnio y hasta muerte prematura, y hasta el año 1991 la Organización Mundial de la Salud tenía al café en la lista de posibles carcinógenos, lo que ha sido desacreditado por los estudios actuales”.
“Todos estos temores recurrentes - señala por su parte Walter Willett, profesor de nutrición y epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Harvard - han producido una visión muy distorsionada en el público. Pero en general, a pesar de varias inquietudes que han surgido de la nada a lo largo de los años, ahora puede asegurarse que el café es increíblemente seguro y hasta puede tener varios beneficios importantes”.
PROS Y CONTRAS DE LA CAFEÍNA
La cafeína es uno de los más de mil químicos existentes en el café, de los cuales no todos son benéficos. Pero entre los que también tienen efectos positivos están los polifenoles y los antioxidantes. Los primeros pueden inhibir el crecimiento de células cancerosas y reducir el riesgo de diabetes tipo 2; y los antioxidantes, que tienen efectos antiinflamatorios, pueden contrarrestar las cardiopatías y el cáncer, dos de las principales causas de muerte en todo el mundo.
“Nada de esto implica que el café sea benéfico sin importar su preparación -señala Brody – por ejemplo cuando se prepara sin un filtro de papel, como en una prensa francesa, el café hervido noruego, el expreso o el café turco, se producen químicos aceitosos llamados diterpenos, que pueden aumentar el colesterol LDL que daña las arterias. Sin embargo, casi no se encuentran estos químicos en el café filtrado o el instantáneo. Del mismo modo, los añadidos populares que usan algunas personas, como la crema y los jarabes dulces, también contrarrestan los potenciales beneficios a la salud del café, pues pueden convertir esta bebida libre de calorías en un postre rico en calorías”.
“La preparación es fundamental - coincide Willett - todas las cosas que la gente le pone al café pueden dar como resultado algo con hasta 500 o 600 calorías. Hay por ejemplo algunas preparaciones de cadenas importantes que están de moda que tienen 51 gramos de azúcar, 15 gramos de grasa, 10 de las cuales son saturadas y 370 calorías. Está claro que eso no es lo que hace bien”.
También están aquellos que, especialmente en verano, optan por el café preparado en frío, el llamado “cold brew”, cuya popularidad va en aumento.
Sobre esta variante, los especialistas destacan que “contrarresta la acidez natural del café y el sabor amargo que se produce al verter agua hirviendo sobre los granos. El café frío se hace dejando remojar los granos en agua fría durante varias horas, luego se filtra el líquido a través de un filtro de papel para quitar los granos y los diterpenos dañinos, y se mantiene el sabor y la cafeína que se disfruta, aunque el café frío también se puede hacer con café descafeinado. En este caso, el descafeinado no carece por completo de beneficios para la salud, porque como sucede con el café con cafeína, los polipenoles que contiene cuentan con propiedades antiinflamatorias que pueden reducir el riesgo de diabetes tipo 2 y hasta cáncer”.
“Esto no quiere decir que el café sea el mejor certificado de buena salud - señala Brody - porque la cafeína cruza la placenta y llega al feto, y beber café durante el embarazo puede incrementar el riesgo de aborto, bajo peso al nacer o parto prematuro. El embarazo altera la manera en que el cuerpo metaboliza la cafeína, y a las mujeres que están embarazadas o amamantando se les aconseja abstenerse por completo o solo beber café descafeinado”.
Otro de los efectos negativos más comunes asociados con el café con cafeína, es la alteración del sueño, ya que, según explica Willett, “en el cerebro la cafeína se entrelaza con el mismo receptor que el neurotransmisor adenosina, un sedante natural. En mi caso personal, me gusta mucho el café, pero la verdad es que lo tomo solo de vez en cuando porque no me deja dormir bien, y mucha gente con problemas de sueño no reconoce la conexión con el café. Sin embargo, no es necesario suprimir por completo el consumo para minimizar el impacto en el sueño, porque hay distintas sensibilidades en las personas a la cafeína, y es probable que esta aumente con la edad. La gente también metaboliza el café con una velocidad muy variable, así que algunos pueden dormir de manera profunda después de beber un café con cafeína en la cena, mientras que otros tienen problemas para dormir si toman café en el almuerzo. Pero en definitiva por lo estudiado hasta hoy, los beneficios sobre la salud del café superan holgadamente a los perjuicios”.
Proporciones
El contenido de cafeína por cápsula de espresso varía entre aproximadamente 55 y 65 mg. Los lungos contienen 20% más por cápsula, por lo tanto, su contenido de cafeína es ligeramente superior, alrededor de 77-89 mg. Esta variación depende principalmente del café verde (Arábica vs Robusta), del grado del tostado y, en menor medida, del origen del café.
Fuente: El Día
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