El Gourmet Urbano: #VINOS 🍷 | Eso del maridaje: ¿con qué vino se acompañan los postres?

jueves, 17 de febrero de 2022

#VINOS 🍷 | Eso del maridaje: ¿con qué vino se acompañan los postres?

Copa de vino tinto.UNSPLASH

Los espumosos son tan versátiles que valen para acompañar cualquier postre.

Estamos aprendiendo a beber vino. Ya sabemos, por ejemplo, que hay que anteponer la calidad a la cantidad. De hecho, en España se beben menos litros de vino al año que hace un cuarto de siglo, pero los bebemos mejores.

Para disfrutarlos mejor no hay como acompañarlos de comida. Comer y beber, pocas cosas hay tan placenteras. Y para sacarle todo la intensidad a una cosa y a la otra hay que saber conjuntar, maridar, que dicen los del vino.

Es una labor subjetiva: al final, el mejor consejo siempre será que bebamos el vino que nos guste

Un maridaje o armonía es el proceso de acompañar un alimento con un vino buscando el máximo equilibrio entre ambos. No es una ciencia exacta; es una labor subjetiva. Al final, el mejor consejo siempre será que bebamos el vino que nos guste. Pero se puede aprender a disfrutar... más.

Los postres también tienen sus vinos aliados. También el cierre dulce de una buena comida necesita de un cribado para elegir el vino más adecuado. Y es que la variedad de sabores en estos alimentos nos brinda todo un abanico de posibilidades y tener diferentes maridajes de vinos.

La regla recomienda que el vino sea igual o un poco más dulce que el postre

Lo básico a la hora de combinar un postre con un vino es tener en cuenta qué tipo de postre vamos a tomar y la cantidad de azúcar que contiene. La regla, y ya sabemos que las reglas están para saltárselas si eso va a ser más divertido, recomienda que el vino que acompaña sea igual o un poco más dulce que el postre.

Hay más pautas que conviene tener en cuenta. Desde Bodegas Franco-Españolas nos dan tres:

La intensidad de los sabores

Si los sabores del postre son fuertes, deben ir acompañados de un vino de similar intensidad.

La acidez

Los vinos con una acidez elevada suelen ir muy bien con postres a base de frutas de acidez natural.

El dulzor del vino

Buscamos que los azúcares en el vino complementen, equilibren o potencien el postre. La corriente clásica del maridaje propone que el dulzor del vino debe ser igual o superior al del plato que acompaña.

Vamos por partes, o sea, por postres. Pero antes un consejo que lo pone todo fácil: las burbujas valen para cualquier postre. Es decir, el champán, el cava y los vinos espumosos son tan versátiles que combinan con todo tipo de postre, desde frutas a helados, pasando por tartas o chocolates. Recuerda que el carbónico ayuda a rebajar el azúcar de un postre.

Tartas y pasteles


Dependerán, claro, de los ingredientes y elaboraciones de los dulces. Según los sabores que presente, su dulzor y su textura, podremos elegir el tipo de vino más adecuado para cada caso. Por ejemplo, los pasteles con base de mantequilla o de sabores avainillados pueden casar perfectamente con blancos elaborados con la variedad alemana Riesling. Si buscamos ligereza y dulzor, un espumoso de la región italiana de Anti, elaborado con uva Moscatel, puede ser la mejor elección.

Chocolate


Lo dcho: será en función del tipo o tipos de chocolates que se empleen, porque cambiará su contenido en cacao, su dulzor y sus características aromáticas. Así, los postres de chocolate negro y cierto toque de amargor se podrán acompañar perfectamente con un vino dulce andaluz, de sabor intenso y alto contenido en azúcar, por ejemplo, alguno de los elaborados en Jerez o con la variedad Pedro Ximénez.

Helados


Hay que tener en cuenta los sabores de los helados y su textura, si son helados más bien cremosos o helados de hielo o sorbetes. Y la temperatura: sí, un helado puede estar recién salido del congelador o atemperado un rato en la cocina (más cremoso y menos duro). El complemento ideal pueda ser un vino generoso dulce de tipo cream, elaborado con variedades Palomino y Pedro Ximénez.


Frutas


Lo ideal es acompañar el bocado con vinos ligeros pero de cierta intensidad aromática. La clave está en encontrar el equilibrio entre los puntos de dulzor y acidez del vino y los de las frutas que queremos servir. Si nuestra fruta incluyen azúcares añadidos, nos valdrá un espumosos algo más seco, tipo brut.

Fuente: 20 minutos

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