Francia es el principal productor de vinos rosados en el mundo, siendo los rosados provenzales (de la región de La Provenza) los más famosos, los cuales se caracterizan por su color pálido, con cuerpo ligero y aromas de frutos rojos y toques cítricos de pomelo o toronja. Por su parte, España es el segundo productor mundial, donde destacan los rosados de Navarra (al norte del país) elaborados principalmente por el método de sangrado, el cual aporte más color y cuerpo al vino.
El vino rosado se elabora con uvas tintas, principalmente, aunque también pueden utilizarse en menor proporción uvas blancas para crear la mezcla idónea requerida por el enólogo.
Maceración o rosado de prensa
Existen distintas maneras de elaborar vinos rosados, pero la más popular es mediante la maceración (rosado de prensa). Mediante este proceso ejerceremos una presión suave (prensado) para extraer el mosto o jugo de la uva, el cual dejaremos reposar junto con los hollejos o piel de la uva durante un tiempo determinado. De esta manera el jugo de la uva adquiere el color y demás características de la piel del fruto (debido a la extracción de antocianos y flavonoides). Recordemos que, en general, la pulpa de las uvas no tiene color y es, por tanto, en el proceso de maceración cuando las partículas procedentes de la piel se disuelven en el mosto y le otorgan su color.
El tiempo que el mosto permanezca en contacto con los hollejos determinará no solo el color sino también la cantidad de taninos del vino y su cuerpo o estructura. En el caso del vino tinto, el proceso de maceración dura varios días, ya que se encadena con una primera fermentación. En el caso de los rosados, el tiempo de contacto con los hollejos es menor y suele durar en promedio unas 12-24 horas.
El rosado de sangrado
El rosado de sangrado es un proceso más complejo y produce vinos rosados más oscuros e intensos. En este caso, se obtiene jugo apilando las uvas en un tanque y dejando que el peso de las uvas logre el prensado. Tras despalillar y estrujar la uva, ésta pasa a un depósito, donde dejamos que macere. Posteriormente, los hollejos se separan del jugo o mosto por gravedad. El mosto, que es más denso (tiene azúcar), queda en el fondo y el depósito se “sangra”, operación consistente en abrir el grifo de la parte inferior y permitir que fluya por gravedad el mosto rosado.
Maridaje
Entre mayor sea el tiempo de contacto entre el hollejo y el mosto, el color y sabor serán más intensos. Este tipo de vino posee características organolépticas propias, y es perfecto para maridar con ensaladas, pescados a la plancha, mariscos, carnes frías o pizzas, combina muy bien con la comida oriental, en especial la cocina tailandesa, además de la mexicana.
Si bien describimos el proceso de elaboración del vino rosado muy rápidamente, se trata de uno de los más complicados para obtener un producto de alta calidad, que deleite a los paladares más sofisticados tanto como a los que recién se inician en el mundo del vino. Precisamente, sus rasgos característicos han sido la razón por la que encontramos cada vez más vinos rosados en las cavas alrededor del mundo.
Fuente: Top Vinum
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