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| Foto: Getty Images/iStockphoto - olgna |
Lleva el sabor de esta propuesta gastronómica a tu mesa de manera fácil. Solo necesitas una pizca de paciencia hasta que se fermente la masa.
Acompaña esta preparación con toppings como los champiñones, aceitunas, jamón y salami, entre otros.
La primera vez que se preparó oficialmente la pizza fue en Nápoles, Italia, en los años 1,600. Esta preparación era consumida por los napolitanos que pasaban mucho tiempo en la calle. Solían comprar pedazos de pizza y comerla mientras caminaban y conversaban.
El primer restaurante de pizza se llamaba Antica Pizzeria Port’Alba, abierto en el año 1,738 en Nápoles. Hoy en día esta preparación hace parte de la conocida ‘comida casual’ y se puede hacer con un sinfín de ingredientes: dulces o salados.
Toppings al gusto: Queso doble crema, albahaca, tomate en rodajas, orégano, champiñones, pepperoni, salami.
En un tazón vamos a mezclar el agua con la levadura, yo prefiero usar levadura fresca porque así voy a la fija, la consigo en las salsamentarías de las plazas de mercado, la mezclo con el agua hasta que no queden grumos. Incorporamos la harina, la sal y empezamos a amasar. Este primer amasado es para integrar los ingredientes, una vez tengamos una mezcla medianamente uniforme, debemos taparla con vinipel y dejar que la masa descanse unos 15 min.
Pasado este tiempo la masa va a estar más maleable. Ahora vamos con el segundo amasado, lo que queremos acá es tener una bola lisa y uniforme, esto lo vamos a lograr moviendo la masa de un lado a otro y haciendo presión sobre el mesón para que se vaya integrando. Amasar no es fácil, requiere técnica y práctica, pero con el tiempo, la masa ideal se consigue. Una vez tenemos la bola lisa que estamos buscando, vamos a volver a taparla y dejaremos que se duplique el tamaño, esto va a depender de la temperatura donde estemos, pero en teoría debe ser de 30 min a 60 min.
Pasado este tiempo vamos a desgasificar nuestra masa y la vamos a estirar sobre la sartén, esto lo conseguiremos con la ayuda de un poco de aceite, la idea es que la sartén sea lo suficientemente ancha para que nos quepa toda la masa. Vamos a cocinarla a fuego medio hasta que haga corteza, esto puede tardar unos 5 minutos, pasado este tiempo la vamos a voltear y a poner a cocinar del lado que está crudo. Entre más delgada hayamos dejado la masa, mas rápido va a estar, entre más gruesa, se va a demorar un poco más.
Licuamos la lata de tomate enlatado, agregamos un diente de ajo y aceite de oliva, condimentamos con sal y vertemos sobre la masa que está en la sartén, ponemos nuestros toppings y para finalizar tapamos para que el queso se derrita, en unos 10 minutos a fuego medio/bajo, la pizza va a estar cocida y el queso derretido.
Un poco de la historia de este plato
La primera vez que se preparó oficialmente la pizza fue en Nápoles, Italia, en los años 1,600. Esta preparación era consumida por los napolitanos que pasaban mucho tiempo en la calle. Solían comprar pedazos de pizza y comerla mientras caminaban y conversaban.
El primer restaurante de pizza se llamaba Antica Pizzeria Port’Alba, abierto en el año 1,738 en Nápoles. Hoy en día esta preparación hace parte de la conocida ‘comida casual’ y se puede hacer con un sinfín de ingredientes: dulces o salados.
INGREDIENTES
- 250 gr harina de trigo
- 160 ml agua
- 5 gr levadura fresca
- 5 gr sal
- Una lata de tomate enlatado
Toppings al gusto: Queso doble crema, albahaca, tomate en rodajas, orégano, champiñones, pepperoni, salami.
PREPARACIÓN
En un tazón vamos a mezclar el agua con la levadura, yo prefiero usar levadura fresca porque así voy a la fija, la consigo en las salsamentarías de las plazas de mercado, la mezclo con el agua hasta que no queden grumos. Incorporamos la harina, la sal y empezamos a amasar. Este primer amasado es para integrar los ingredientes, una vez tengamos una mezcla medianamente uniforme, debemos taparla con vinipel y dejar que la masa descanse unos 15 min.
Pasado este tiempo la masa va a estar más maleable. Ahora vamos con el segundo amasado, lo que queremos acá es tener una bola lisa y uniforme, esto lo vamos a lograr moviendo la masa de un lado a otro y haciendo presión sobre el mesón para que se vaya integrando. Amasar no es fácil, requiere técnica y práctica, pero con el tiempo, la masa ideal se consigue. Una vez tenemos la bola lisa que estamos buscando, vamos a volver a taparla y dejaremos que se duplique el tamaño, esto va a depender de la temperatura donde estemos, pero en teoría debe ser de 30 min a 60 min.
Pasado este tiempo vamos a desgasificar nuestra masa y la vamos a estirar sobre la sartén, esto lo conseguiremos con la ayuda de un poco de aceite, la idea es que la sartén sea lo suficientemente ancha para que nos quepa toda la masa. Vamos a cocinarla a fuego medio hasta que haga corteza, esto puede tardar unos 5 minutos, pasado este tiempo la vamos a voltear y a poner a cocinar del lado que está crudo. Entre más delgada hayamos dejado la masa, mas rápido va a estar, entre más gruesa, se va a demorar un poco más.
Licuamos la lata de tomate enlatado, agregamos un diente de ajo y aceite de oliva, condimentamos con sal y vertemos sobre la masa que está en la sartén, ponemos nuestros toppings y para finalizar tapamos para que el queso se derrita, en unos 10 minutos a fuego medio/bajo, la pizza va a estar cocida y el queso derretido.
Nicolás Vanegas / @nicocina.cooks
Fuente: El Espectador
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