Maridar los vinos espumosos. El maridaje de los vinos espumosos es la acción de combinar de forma armónica los alimentos con los vinos y cavas.
El objetivo de todo maridaje es conseguir que se combinen bien los alimentos y bebidas, que se logre un equilibrio de sabores y armonía entre ambos.
La máxima del maridaje es crear sensaciones nuevas, tanto en la degustación de un vino espumoso como de la comida con la que lo acompañamos.
El concepto principal del maridaje reside en que ciertos elementos que se encuentran en los alimentos y en los vinos espumosos, como la textura y el sabor, reaccionan de manera diferente al mezclarse; y encontrar la combinación adecuada de éstos hará del comer una experiencia más placentera para el paladar.
Maridar Vinos Espumosos
¿Que factores debemos de tener en cuenta en el maridaje de vinos espumosos?
El maridaje funciona esencialmente por contraste y complementación:Maridaje por contraste: los sabores de las bebidas y alimentos a maridar son parecidos, y lo que se busca es intensificar el sabor de ambos.
Maridaje por complementación, busca combinar sabores de distinta intensidad. Un buen contraste permite resaltar uno o el otro producto, o puede enfrentarlos, si es que ambos tienen mucho carácter.
Sabiendo que los tipos de vinos espumosos varían según la cantidad de azúcar que tengan (de brut nature a dulce) y en función de la crianza (desde joven a gran reserva) la función del maridaje no es banal para poder determinar la elección entre el vino y el plato escogido.
Del mismo modo resulta muy interesante ver cómo el entendimiento del vino espumoso varía de persona en persona. Muchos lo consideran una bebida exclusiva para celebraciones y ocasiones especiales, entre ellas bodas, aniversarios, Navidad y Año Nuevo. Es un error no apreciar con más frecuencia todas las bondades de los vinos espumosos.
Afortunadamente, esta tendencia está cambiando, siendo cada vez más las personas que lo consumen sin más razón que el simple placer de disfrutarlo, a solas y como acompañante de las comidas. Es así como la bebida que hasta hace poco era considerada meramente para un brindis, ha ido conquistando el mundo culinario de hoy. Sin lugar a dudas, el cava tiene el enorme potencial de ser un vino de acompañamiento para todo tipo de comidas y de situaciones.
Por sus características tan especiales, el cava es un vino ideal para acompañar una amplia gama de platos. De hecho, puede decirse que se trata de un vino casi perfecto para el maridaje, específicamente por su gran versatilidad. Su equilibrado grado de acidez, su frescor y la presencia del gas carbónico, el cual provee un discreto cosquilleo en el paladar, son los responsables de la buena asociación del cava con muchas comidas. Es por esto que puede catalogarse como un “comodín”, existiendo un tipo de cava para el maridaje de prácticamente cualquier plato.
La versatilidad del cava se basa en su frescor, acidez y aportación carbónica, las cuales armonizan con los 4 sabores básicos: salado, ácido, amargo y dulce. El sabor salado marida muy bien con el cava debido al efecto refrescante del carbónico de esta bebida, tal y como ocurre con la combinación del jamón serrano con un cava Brut. Los sabores ácidos también se ven beneficiados por el efecto carbónico, a excepción de los que contengan vinagre, sustancia que no marida bien con los vinos en general. Dicho efecto potencia el punto amargo de algunos alimentos, como el de los espárragos, las alcachofas y las endivias. Y en cuanto a los sabores dulces, su combinación con lo efervescente del cava logra un balance muy interesante. Esto se debe a que la acidez del carbónico mitiga la sensación dulce, mientras que ésta última ayuda a compensar la acidez. Así como ocurre con estos sabores, es importante resaltar que el cava casa muy bien con los alimentos grasosos debido a que las burbujas rompen la capa de grasa que estos alimentos dejan en el paladar. Tomando en cuenta estos criterios, se sugiere esta simple guía de maridaje:
- Platos salados y grasosos: Cava Seco, como los Brut Nature y Extra Brut
- Platos ácidos y amargos: Cavas Brut y Extra seco
- Platos dulces: Cavas Semiseco y Dulce
Pero aún podemos ir más allá y hablar de un maridaje más específico. Así podemos hablar de grupos de alimentos tales como: ensaladas, quesos, embutidos, arroces, huevos, pescados, mariscos, carnes blancas, postres, etc. Queda claro por tanto, que los espumosos son uno de los vinos más versátiles del mundo, en lo que acompañar la comida se refiere, va bien con casi todo, va muy bien con pescados y mariscos, es el maridaje clásico de comidas muy saladas, va de la mano aves de cualquier tipo, se acomoda mejor a salsas suaves, pero puede acompañar algunas fuertes, y con los postres (incluso de chocolate y de frutas) los “semisecos” y en especial los dulces. Aparte, los Espumantes son buenos a toda hora, pueden acompañarnos en un Brunch mañanero, en un sustancioso almuerzo o en una elegante cena. Lo que si vemos una limitación de los espumosos, aunque hablemos de Grandes Reservas, es poder enfrentarlos con platos de gran consistencia tipo caza.
¿A que tipo de plato le corresponde qué tipo de vino?
A modo de resumen, sobre el maridaje podríamos dar un cuadro según el tipo de plato:
- Platos grasos:vino espumoso Brut Nature y Extra Brut
- Platos ácidos:vino espumoso Brut y Extra Seco
- Platos dulces:vino espumoso Semi Seco, Dulce, Rosado
- Platos suaves y ligeros:vino espumoso Joven y Reserva
- Platos fuertes y/o especiados:vino espumoso Gran Reserva
- Aperitivos: marisco, ostras, jamón, croquetas, canapés o queso, podemos elegir un vino espumoso Brut.
- Para ensaladas se recomienda: Brut Joven y Brut Reserva
Fuente: Restaurante La Española
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