Con tanta oferta de vino disponible en todas partes, se ha desarrollado en casi todo el mundo una cultura vitivinícola que nos permite tener información con facilidad. La web, libros, revistas y muchos cursos de cata, que de alguna manera, nos han familiarizado con varios de estos conceptos y con algunos profesionales como los catadores y los críticos, cuyos nombres pueden recorrer el mundo entero y a quienes damos alas para dictar la pauta de qué deberíamos preferir los consumidores… Mmmmm, pero eso da para otro escrito.
Volvamos al punto… El profesional que sin duda “la lleva” en esta industria y que alcanza la categoría de “superstar” en muchos casos es el enólogo. Su rol es fundamental para que cada vino tenga un sello de calidad y distinción; muchas veces el éxito de una viña va de la mano con el prestigio y la experiencia que tenga este profesional, notándose cambios drásticos en la línea de los productos cuando se cambia esta mano.
Nada que decir en contra del gran trabajo de los enólogos, pero hay un profesional tan importante como ellos, que casi siempre queda en el anonimato y cuyo rol es también una pieza clave para asegurar la calidad del vino que nosotros disfrutamos. Me refiero al “viticultor”.
Quién es viticultor y qué rol cumple en el proceso de elaboración de un vino? Se lo pregunté a alguien que conoce la respuesta en primera persona, el señor Héctor Rojas, Viticultor de la Viña Tabalí.
Sirvámonos una copa con Héctor
Héctor nos explica que tradicionalmente el trabajo del viticultor está ligado al cultivo de la vid y a las labores del viñedo, como la poda, desbrote, nutrición, control de plagas y enfermedades. Es decir, y en términos simples, es un agricultor que produce uvas, las que a su vez tienen como destino la producción de vinos. Pero esta definición ya está obsoleta.
Validando 100% su importancia, dice: “hoy el viticultor es considerado principalmente como un “hacedor” de vinos. En las primeras etapas de un proyecto vitícola y sin su presencia, se perdería la brújula en el viñedo”.
Adicionalmente el viticultor también es responsable del desarrollo de nuevos proyectos, buscar campos y definir las variedades de uva adecuadas a plantar, establecer las distancias de plantación, orientaciones, etc., todo lo anterior pensando en el vino que de ahí pueda resultar. Luego, en régimen de producción, el viticultor debe dar las directrices para el correcto manejo de cada sitio/cuartel/bloque, para así poder conseguir el mayor potencial y calidad de la fruta, cuyos mostos finalmente recibe el enólogo.
Paralelamente, y tras cada año de producción, el viticultor junto al enólogo degusta y discute el vino resultante para ver qué cambios o mejoras se pueden realizar, para “exprimir” adecuadamente el terroir de cada viñedo y es obvio que podrá extraer lo mejor de esa tierra y esos viñedos, los conoce como la palma de su mano.
Resumiendo y como decimos en Chile, “más claro echarle agua”. La explicación de Héctor refleja toda la importancia que tiene el trabajo del viticultor y su gestión y confirma los conceptos de terroir y del trabajo con la naturaleza; sin buenas plantaciones y frutos, no habría enólogo capaz de hacer la magia suficiente para convertir eso en buenos vinos y como remata nuestro viticultor: “Sin Viticultor, no hay vino…”
Salud! Hasta la próxima….
Paola Vásquez
Directora
ProChile Coquimbo – La Serena
Tel: +56-51 228275 - 228784
@paolavasquezIV - @paola_wine
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