Hay personas que toman un café a media tarde y les cuesta dormir, otras toman un café por la noche y duermen bien, otras con una bebida de cola (que tiene cafeína) en la cena, no pueden dormir, otras duermen bien….. y cada persona es “un caso”. Ello es debido a la rapidez con que cada persona elimina la cafeína que es la substancia activa que hay en el café. Y esto depende de nuestros genes.
Algunos cambios individuales en el ADN pueden provocar que determinadas personas eliminen más lentamente la cafeína y son las que les costará dormir, mientras otras eliminarán la cafeína rápidamente y podrán dormir.
Las personas que eliminan la cafeína más lentamente, tienen más riesgo de que con los años el consumo de café les produzca problemas cardiovasculares. Esto depende también de una enzima y del gen que la regula. Las personas con baja actividad tienen el doble riesgo coronario que las que no tienen alteración en estos genes y tienen también más de probabilidad de taquicardia.
Consideramos importante conocer nuestro ADN respecto al consumo de café para hacer un uso responsable de su consumo, con vistas al riesgo de problemas cardiovasculares.
Hay que recordar: no solamente tiene cafeína el café, sino muchas otras bebidas.
• Una taza de café exprés suele contener unos 70 mg de cafeína.
• Un vaso de Coca-Cola® 43 mg,
• Un vaso de Pepsi® o RedBull® unos 35 mg.
• Una taza de café descafeinado alrededor de 1 mg.
• Una infusión de té (250 ml) es decir taza de “café con leche” y no taza de café) puede variar mucho según los tipos de té.
• Té verde unos 15-30 mg de cafeína,
• Te negro-rojo unos 20-50 mg de cafeína.
Fuente: elperiodico.com
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