El Gourmet Urbano: 'Boom' de los vinos con poco alcohol: Nueva Zelanda los logra con viticultura

jueves, 7 de mayo de 2015

'Boom' de los vinos con poco alcohol: Nueva Zelanda los logra con viticultura

El clima fresco de Nueva Zelanda está dando a sus bodegueros una ventaja en su intento de explotar una demanda global creciente de vinos de calidad más ligeros, mientras que unas temperaturas globales en aumento están elevando el contenido alcohólico de los vinos que producen rivales como Australia o Estados Unidos. La añada 2015 de los vinos más conocidos del país, los de sauvignon blanc, será la primera bajo una nueva iniciativa gubernamental de investigación y producción de vinos que superen la imagen de mala calidad y excesivo dulzor que hoy tienen los de bajo alcohol y bajas calorías.

 

 

"En todo el mundo se han percatado del hecho de que existen pocos vinos blancos de calidad con poco alcohol, y nos hemos hecho con la primera ola de ese mercado", dice John Forrest, propietario y enólogo de Forrest Wines, en Marlborough, la principal región productora de la versión aromática y frutal que Nueva Zelanda consigue con la uva de Burdeos y del Loira.

El Sauvignon Blanc de Forrest, con 9% de alcohol, llega a su séptima añada y representa casi la mitad de la producción de la bodega. Lo venden en la cadena de supermercados de alta gama Waitrose, de Gran Bretaña, y en la de Whole Foods, en Estados Unidos.

El desarrollo de una serie de vinos de amplia gama aromática por debajo del nivel clásico de 12-14% de alcohol podría dar a las bodegas neozelandesas el mando en un mercado especializado, pero creciente, y así permitir al sector del vino de su país, que vende por valor de unos 1.000 millones de euros al año, incrementar su parte del mercado mundial.

La empresa de investigación de mercados Wine Intelligence ha realizado un sondeo entre los consumidores de vino de Europa y Norteamérica que indica que un 39% de los sondeados compraron durante 2014 vinos de menos de 10,5% de alcohol, casi un 9% más numerosos que en 2013. Datos de Nielsen muestran que en Estados Unidos, principal consumidor mundial por volumen, las ventas en tiendas de vino con menos de 12% de alcohol alcanzaron los 2.700 millones de dólares en 2014, un 33% más que en 2013, y superaron en ritmo de crecimiento a todas las categorías de mayor contenido alcohólico.

Pero conseguir uvas que den vino de poco alcohol es "muy difícil", dice Simon Hooker, director de investigación en la asociación sectorial NZ Wine, que tiene en marcha el proyecto Lifestyle Wine, por valor de 10 millones de euros, dedicado a frenar el desarrollo de azúcar en la uva, que incide directamente en el nivel alcohólico, y a la vez a suavizar su acidez antes de ser vendimiada.

"Hay un punto en que el vino se viene abajo y sencillamente ya no es vino", dice Hooker, "Hay un punto ideal de equilibrio entre el sabor y el contenido alcohólico. El objetivo del proyecto es alcanzar ese punto idóneo".

Los vinos bajos en alcohol llevan años en el mercado, a menudo como opciones de bajas calorías cuyo contenido alcohólico se logra con técnicas como la ósmosis inversa. Pero los críticos dicen que a menudo les faltan profundidad y complejidad.

Los bodegueros neozelandeses están experimentando con técnicas nuevas de viticultura, incluida una poda estratégica de las cepas para frenar el desarrollo de azúcares en las uvas, y también con métodos de fermentación diseñados para lograr sabores más plenos en las cubas.

"La diferencia esencial entre nuestros vinos y otros vinos de bajo contenido alcohólico es que los nuestros los hacemos en la viña", dice Ollie Davidson, vicepresidente de viticultura de Constellation Brands, el gigante del sector que en 2014 presentó las versiones bajas en alcohol de su Sauvignon Blanc y su Pinot Gris.

Aunque el clima relativamente más fresco de Nueva Zelanda le ha dado una ventaja inicial en el desarrollo de nuevas técnicas de viticultura para hacer vinos con menos alcohol, tampoco ha sido inmune el país a los veranos más cálidos que afectan a otras zonas vitícolas.

Forrest dice que los métodos que emplea en Marlborough podrían emplearse en todo el mundo.

"El lograr reducir la cantidad de azúcar que produce la planta tiene un enorme potencial comercial para todas las castas blancas, sobre todo ante el calentamiento global y en los climas que de por sí ya son cálidos", dice. "Este año, en plena sequía, he aplicado esa técnica a otras castas blancas, y gracias a ello este año mi chardonnay no tendrá 14º, sino 13º".

Los enólogos neozelandeses dicen que la amplia paleta aromática del sauvignon blanc lo convierte en candidato ideal para hacer un blanco de poco alcohol. Ven potencial exportador hacia Estados Unidos, enfrentándose a otros vinos bajos en alcohol como el moscato y el prosecco de Italia.

Pero hay productores de otras castas, como el pinot noir, una uva notoriamente caprichosa, muestran menos entusiasmo, preocupados de que esas técnicas, si se aplican a los tintos, en los que se emplean los hollejos y las pepitas para extraer sus taninos característicos, pudiesen comprometer sabores y aromas.

El director y enólogo de Escarpment, en Martinborough, la zona especializada en esos elegantes tintos, afirma: "Los pinots noirs que interesan a la gente son los que reflejan el lugar de donde proceden. Quizá haya gente que quiera vinos con 10% de alcohol porque quieren menos alcohol y más salud, pero esos vinos no van a alcanzar notoriedad internacional. No van a conseguirnos un comentario en la revista 'Decanter'".

NAOMI TAJITSU

Fuente: ElMundoVino

 

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