A veces vino y política se mezclan y no deberíamos permitir que un catalizador de alegría y placer fuera utilizado como arma arrojadiza
QUE el vino es un elemento socializador y socializante lo sabemos todos. Nada hay como brindar con una copa de vino para establecer un vínculo entre las personas y transmitir a los demás nuestras buenos deseos. Pero a veces, vino y política se mezclan y no deberíamos permitir que un catalizador de alegría y placer fuera utilizado como arma arrojadiza o elemento de separación.
Voy a empezar por un caso que dista miles de kilómetros de España. Se trata de los vinos de Tokaj. Tokaj es un pueblo húngaro situado a pocos kilómetros de la frontera eslovaca. Es también una indicación geográfica protegida por la Unión Europea. Los vinos de Tokaj son joyas enológicas que han conquistado a lo largo de los siglos a poetas, sabios y reyes: Rex vinis, Vinum Regum, es el lema de los vinos de Tokaj. Pero sucede que, tras la Segunda Guerra Mundial, se redefinieron todas las fronteras del Este de Europa, con lo que la mayor parte de lo que son los viñedos de Tokaj quedaron en territorio eslovaco y la ciudad que les da nombre, en tierras húngaras.
Según las leyes europeas, solo los vinos producidos en la parte húngara pueden llamarse "Tokaj", ya que es una Indicación Protegida del territorio húngaro. Sin embargo, los eslovacos llevan más de medio siglo demandando la autorización de utilizar la mención Tokaj: el viñedo es el que era desde hace siglos, está en el mismo sitio, solo que han tenido la 'mala suerte' de que la frontera pase más al sur que antes. El caso lleva un par de décadas intentando dilucidarse en el Tribunal de la Haya.
Sin irnos de nuestro país, ya hemos vivido otros años supuestos "castigos" y "boicots" a través de los productos agroalimentarios: a Francia si nos queman camiones en la frontera, dejando de comprar productos franceses; a Cataluña cuando expresa su sentimiento separatista dejando de comprar cava catalán o fuet… Nunca el vino, si pudiera pensar e imaginar, podría haberse supuesto en la posición de ser un elemento de separación y no de unión entre los hombres.
Lo último es que el candidato nacionalista, Ramiro González, irrumpió en el debate sobre la renovación de la Denominación de Origen Calificada Rioja con una propuesta que persigue, según González, mantener la protección común, pero permitir el avance y la definición de una denominación propia de la actual subzona de La Rioja Alavesa. El que era entonces candidato a diputado general de Álava por el PNV, adelantó antes de las elecciones del 24 de mayo que si gobernaba promovería la creación de una denominación de origen "propia" de vino de Rioja Alavesa. Entre otras cosas, el PNV reivindica un modelo de gestión diferente al actual, con la asunción de la competencia administrativa de la Denominación de Origen, actualmente dependiente del Ministerio de Agricultura, por parte de las comunidades de Euskadi, La Rioja y Navarra.
Sin irnos de nuestro país, ya hemos vivido otros años supuestos "castigos" y "boicots" a través de los productos agroalimentarios: a Francia si nos queman camiones en la frontera, dejando de comprar productos franceses; a Cataluña cuando expresa su sentimiento separatista dejando de comprar cava catalán o fuet… Nunca el vino, si pudiera pensar e imaginar, podría haberse supuesto en la posición de ser un elemento de separación y no de unión entre los hombres.
Lo último es que el candidato nacionalista, Ramiro González, irrumpió en el debate sobre la renovación de la Denominación de Origen Calificada Rioja con una propuesta que persigue, según González, mantener la protección común, pero permitir el avance y la definición de una denominación propia de la actual subzona de La Rioja Alavesa. El que era entonces candidato a diputado general de Álava por el PNV, adelantó antes de las elecciones del 24 de mayo que si gobernaba promovería la creación de una denominación de origen "propia" de vino de Rioja Alavesa. Entre otras cosas, el PNV reivindica un modelo de gestión diferente al actual, con la asunción de la competencia administrativa de la Denominación de Origen, actualmente dependiente del Ministerio de Agricultura, por parte de las comunidades de Euskadi, La Rioja y Navarra.
González recuerda que hace ya 20 años que se dieron los primeros pasos para que Euskadi asumiera la competencia administrativa, pero éstos no llegaron a buen puerto debido a la falta de voluntad del Gobierno central y de algún Gobierno autonómico. En este sentido, Ramiro González apuesta por que las decisiones administrativas de la Denominación se lleven a cabo por las instituciones competentes y más cercanas, ya que ello redundará en un mejor apoyo al sector. El segundo compromiso adquirido por el candidato del PNV es poner en marcha, junto a viticultores, bodegas, asociaciones y otras administraciones, una mesa de trabajo para avanzar en un modelo de gestión propio que permita con las instituciones competentes definir un nuevo modelo de Denominación Rioja, que manteniendo la protección común, permita el avance y la definición de una denominación propia de Rioja Alavesa. Es en esta línea donde creemos debemos trabajar en Rioja Alavesa ya que los mejores expertos en la materia destacan que la personalidad del vino de esta zona se debe a las notables diferencias respecto a otras zonas vitícolas en lo que se refiere a las características climáticas, edáficas y varietales, incluso en los sofisticados cuidados a la viña y en los singulares métodos de vinificación, dice González.
El problema es que quizás González no sepa (o lo sabe pero no lo quiere decir) que no pueden coexistir dos denominaciones de origen que contengan en su nombre una misma indicación geográfica. La Comunidad Autónoma de la Rioja tiene todo el derecho legal de impugnar ante La Haya cualquier denominación que, sin estar dentro de los límites geográficos y administrativos de la región y, por más, de la Denominación de Origen, utilice el nombre de Rioja. Así, si Euskadi decide 'separar' los viñedos de la denominada 'Rioja Alavesa' de la Denominación de Origen Calificada Rioja, dicho territorio vitivinícola alavés deberá llamarse de otra manera pero en ningún caso podrá hacer mención a 'La Rioja'.
Este planteamiento no es del agrado de los viticultores que, dejando a un lado sus ideas políticas, entienden que el marchamo 'Rioja' vende. Y vende no sólo en España sino que se ha convertido en una marca con gran valor, líder en el mundo entero. Y renunciar a eso, tiene un coste económico que hoy por hoy es imposible valorar.
La Rioja ha sido históricamente una denominación de origen diversa. Si bien los bordeleses, huyendo de la epidemia de la filoxera y buscando uvas idóneas para hacer sus vinos, se instalaron primero en Haro y toda La Rioja Alta, La Rioja Baja, en el Valle del Ebro, es tierra de vinos en los que confluyen Mediterráneo y Atlántico en unos perfiles singulares y únicos. La Rioja también se adentra en tierras navarras, donde da lugar a vinos más sobrios, pero sabrosos y con gran personalidad. Y, por supuesto, en Euskadi, en la provincia de Álava, donde se encuentran muchas bodegas de renombre, buscando viñedos en climas más moderados y una mayor influencia, tanto de los aires de Sierra Cantabria como del Atlántico. Cierto es que algunos de los Riojas más preciados se elaboran y proceden de La Rioja Alavesa. Pero ¿hubieran llegado tan rápido a la fama y a venderse en el mundo entero si en su contraetiqueta no pusiera DOCa RIOJA? A lo mejor no, a lo mejor sí.
Hoy que todo está tan politizado, no dejemos que nos politicen también los placeres de la mesa: en el comer y en el beber, que nunca haya fronteras.
El problema es que quizás González no sepa (o lo sabe pero no lo quiere decir) que no pueden coexistir dos denominaciones de origen que contengan en su nombre una misma indicación geográfica. La Comunidad Autónoma de la Rioja tiene todo el derecho legal de impugnar ante La Haya cualquier denominación que, sin estar dentro de los límites geográficos y administrativos de la región y, por más, de la Denominación de Origen, utilice el nombre de Rioja. Así, si Euskadi decide 'separar' los viñedos de la denominada 'Rioja Alavesa' de la Denominación de Origen Calificada Rioja, dicho territorio vitivinícola alavés deberá llamarse de otra manera pero en ningún caso podrá hacer mención a 'La Rioja'.
Este planteamiento no es del agrado de los viticultores que, dejando a un lado sus ideas políticas, entienden que el marchamo 'Rioja' vende. Y vende no sólo en España sino que se ha convertido en una marca con gran valor, líder en el mundo entero. Y renunciar a eso, tiene un coste económico que hoy por hoy es imposible valorar.
La Rioja ha sido históricamente una denominación de origen diversa. Si bien los bordeleses, huyendo de la epidemia de la filoxera y buscando uvas idóneas para hacer sus vinos, se instalaron primero en Haro y toda La Rioja Alta, La Rioja Baja, en el Valle del Ebro, es tierra de vinos en los que confluyen Mediterráneo y Atlántico en unos perfiles singulares y únicos. La Rioja también se adentra en tierras navarras, donde da lugar a vinos más sobrios, pero sabrosos y con gran personalidad. Y, por supuesto, en Euskadi, en la provincia de Álava, donde se encuentran muchas bodegas de renombre, buscando viñedos en climas más moderados y una mayor influencia, tanto de los aires de Sierra Cantabria como del Atlántico. Cierto es que algunos de los Riojas más preciados se elaboran y proceden de La Rioja Alavesa. Pero ¿hubieran llegado tan rápido a la fama y a venderse en el mundo entero si en su contraetiqueta no pusiera DOCa RIOJA? A lo mejor no, a lo mejor sí.
Hoy que todo está tan politizado, no dejemos que nos politicen también los placeres de la mesa: en el comer y en el beber, que nunca haya fronteras.
MARGARITA LOZANO
Fuente: Granada Hoy
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