En lugares como Alemania o Reino Unido resulta más sencillo encontrar botellas de plástico de cervezas, sin embargo, en su mayoría siguen siendo una rareza fuera de eventos multitudinarios, donde por razones de seguridad se elimina el cristal. Hoy resulta difícil encontrar refrescos en botellas de vidrio, no así con la bebida alcohólica. Además, teniendo en cuenta que el plástico actual es más barato, más liviano y más seguro que el vidrio, ¿por qué no se han decidido a dar el paso?
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En realidad no hay una única respuesta, aunque sí que podemos situar en primer lugar de importancia (como clientes) lo que estás pensando: sí, la cerveza embotellada en vidrio simplemente sabe mejor, al menos para la mayoría de las personas.
Image: En botella de plástico (Brewstore)
¿Por qué? Considera este hecho fundamental: tanto el plástico como el vidrio son en realidad líquidos. Ambos tienen una viscosidad muy alta, por lo que se comportan prácticamente como sólidos. Sin embargo, el cristal es un poco más viscoso que el plástico. Esto significa que es mucho mejor para contener lo que sea que se vierta en él sin liberar ninguno de sus materiales componentes. Obviamente, cualquier cosa que se filtre en la cerveza afectará su sabor.
En los refrescos no hay problema, pero cuando se embotella cerveza o vino, a diferencia del refresco, hay que tener en cuenta el efecto potencialmente corrosivo del alcohol.
Además, el plástico es mucho más poroso que el vidrio (que a su vez es casi impermeable al oxígeno y al dióxido de carbono). En términos simples, esto significa que la cerveza se “desinflará” antes en una botella de plástico que en una de vidrio, porque el dióxido de carbono que la hace efervescente puede escapar con mayor facilidad.
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El segundo beneficio del vidrio es que es casi completamente neutral al sabor, lo que significa que no interactúa químicamente con lo que se almacena dentro de él. Por otra parte, y esto es muy importante, el plástico está repleto de sustancias químicas que potencialmente podrían arruinar (como mínimo) la cerveza.
Para que nos hagamos una idea, el plástico que se usa normalmente para almacenar refrescos, el Tereftalato de Polietileno (PET) contiene un metaloide tóxico conocido como antimonio, entre otras cosas. Cuando se almacena a temperatura ambiente o menos, la cantidad de antimonio que se filtra generalmente se considera segura, pero a medida que aumentan las temperaturas, también aumentan los niveles de antimonio en la bebida.
Cuando se almacenan en un garaje sin aislar durante algunos meses en el verano, los niveles pueden exceder los límites recomendados establecidos por las agencias de protección ambiental.
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Por si esto fuera poco, la mayoría de las botellas de plástico simplemente no pueden soportar el proceso de pasteurización que experimentan la mayoría de las cervezas, el proceso con agua hirviendo que se realiza tras la elaboración para calentar el líquido y matar los microbios que pudieron haber sobrevivido al proceso.
El último punto tiene que ver con algo muy importante para la industria: lo que el cliente espera. Muchas compañías son reacias a comercializar sus bebidas alcohólicas en envases de plástico simplemente porque la mayoría de los consumidores asocian las botellas de plástico con otro tipo de productos.
Miguel Jorge
Fuente: Gizmodo
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