La cerveza artesanal está de moda en España y prueba de ello es la tendencia alcista de su mercado: el año pasado facturó 66 millones de euros y en 2020 espera alcanzar los 100 millones.
Ese auge queda reflejado en las decenas de eventos centrados en la cerveza artesanal que se celebran a lo largo y ancho de todo el país, y su popularización se la debemos, en buena medida, a la innovación y la originalidad normalmente abundante en el terreno de la artesanía cervecera. Cada día proliferan propuestas asombrosas destinadas a romper los esquemas de los amantes de la birra, y a continuación vamos a conocer cinco ejemplos de ello, sabores típicos de la gastronomía regional española convertidos en cerveza artesanal:
Alcachofa: hace escasos meses se presentó de manera oficial una cerveza artesana de alcachofa de Tudela llamada CachoBeer. En ella se sustituye un porcentaje de lúpulo por una cantidad concentrada de alcachofa, con lo que se pretende dotar a la bebida de todas las propiedades de esta crucífera popular en la ribera de Navarra. CachoBeer es la cerveza de alcachofa más actual, pero no la primera, pues otros artesanos de la birra ya han experimentado anteriormente con este vegetal y, de hecho, la asociación sin ánimo de lucro Alcachofa de España indica en su web: “La cerveza es una de las pocas bebidas que no desvirtúan las cualidades de la alcachofa y potencia sus propiedades saludables”.
Percebes: Otra apuesta local y un poco loca. Estrella Galicia apuesta por los sabores de la terriña y se saca de la manga –de la ‘Fábrica de Cervezas’– una birra elaborada con percebes de la Costa da Morte. Es “su homenaje al mar y a los percebeiros que heroicamente extraen el producto de las rocas para traerlo a nuestras mesas”, indican desde la marca. La fórmula está embotellada en una tirada limitada de 5.000 litros.
Algarroba: este fruto es uno de los productos más icónicos de Ibiza, y en los últimos tiempos ha adquirido mayor relevancia gracia a su consideración de ‘superalimento’. Tanto es así que la algarroba ha terminado teniendo su propio sabor de cerveza gracias a la fórmula elaborada por el proyecto Ibiza Carob Company. La malta de cebada, los lúpulos y la levadura se mezclan aquí con la harina de algarroba en una composición sencilla pero eficaz, pues el toque de la algarroba típicamente isleña aporta un leve amargor.
Horchata: La clásica IPA con sus aromas a pino, resina ha encontrado un sabor sorprendentemente complementario en la horchata, típica bebida valenciana extraída de la chufa. El conjunto de los lúpulos y la horchata es difícil de trabajar por la enorme cantidad de azúcares, proteínas y minerales que se concentran el proceso, pero la marca valenciana Zeta ha conseguido embotellar una cerveza interesante y muy autóctona denominada Tigernut Milk –horchata en inglés–.
Vino: El giro definitivo, ¡una cerveza con sabor a vino riojano! Podríamos decir que se trata de la bebida fermentada perfecta para los indecisos. Se llama Cerveza de Vendimia y el proceso de elaboración es más o menos sencillo: a una receta base de cerveza se le añade el mosto de la uva, lo que confiere al engendro líquido un sabor complejo y característico, mezcla de cerveza y vino. Esta hibridación comenzó en 2012 de la mano de la bodega Palacios Vinoteca y la firma Ceriux, originando varios productos que han confluido en esta Cerveza de Vendimia.
Fuente: Agro Diario Huelva
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