Esta variedad es la más demandada para la elaboración de uno de los postres navideños por excelencia
La Navidad nos evoca un sabor dulzón, una sensación tan agradable como peligrosa para nuestro organismo. Conocido es que su consumo ha de estar restringido en nuestra dieta, si bien nos genera una sensación de felicidad a la que es difícil resistirse.
La almendra Marcona es un ingrediente clave para elaborar un turrón.
Uno de los dulces más solicitados en el mes de diciembre, en la época de Navidad más concretamente, es el turrón.
Es en este producto que tiene su máximo esplendor por estas fechas en el que la almendra Marcona se convierte en la gran protagonista. Este fruto seco es básico para la elaboración del turrón de calidad y esta variedad la más propicia para lograr el mejor resultado posible. Quizá por ello, su precio es el más elevado de todas las variedades de almendras disponibles en el mercado. Puede parecer un asunto menor, pero marca notablemente la calidad del turrón que disfrutamos en nuestras mesas. Algunos productores apuestan por otro tipo de almendras más económicas y eso determina que finalmente sea un producto de menor calidad.
El cambio climático, que está favoreciendo unas primaveras más suaves, supone un aliado para el aumento de la producción de este fruto seco
Pero los turroneros de nuestro país conocen este dato y la industria repostera apuesta por la almendra Marcona. El mazapán de Toledo o las Denominaciones de Origen Xixona y Alicante se nutren de este fruto seco para la elaboración de sus dulces. Tanto es así que está catalogado como uno de los pilares de la gastronomía alicantina.
¿Por qué es tan cara la almendra Marcona?
Existe un motivo obvio: la ley de la oferta y la demanda. Los grandes productores de turrón la necesitan y su precio (repelada, sin cáscara) puede elevarse incluso hasta los 12 euros el kilo. El coste también viene marcado por el clima, esto es, el mal tiempo o las heladas pueden influir decisivamente en el volumen de la producción en un determinado año. Eso sin contar que los almendros de esta variedad tan solo ofrecen una buena cosecha cada dos años. Demasiados inconvenientes para un único producto. Si a esto le añadimos que muchos productores de almendra se decantan por otras variedades más rentables… las consecuencias son evidentes.
En cambio, el cambio climático también está influyendo en la producción de este fruto seco. Y en este caso para bien. Toda vez que las primaveras serán más suaves en los próximos años, las heladas disminuirán y no afectarán a la flor y al fruto seco. De esta forma, se espera que las producciones sean mejores e, incluso, que zonas gélidas decidan incorporar la producción de almendra Marcona a su oferta.
Fuente: Diario Vasco
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