La botella rescatada del fondo del mar presenta conchas pegadas al cristal mientras que el ron muestra matices diferentes en el color y el sabor. |
Una partida de trescientas botellas de Burla Negra, elaborado en una destilería de Vedra con un aporte salino y envejecido en roble, es rescatada del fondo del mar // Estuvo durante dos años sumergido a doce metros de profundidad // Como bebida única que es, se servirá en persona en cualquier lugar de Europa TEXTO Víctor Furelos
Lejos queda aquella fructífera reunión entre Xoán Cannas, ganador de la Nariz de Oro de 2004, el bodeguero chantadino Juan Luis Méndez, de Vía Romana, y el maestro destilador Pepe Albela. Esa cita de hace ya nueve años se tradujo en un éxito tras otro. ¡Quién se lo iba a decir! Empezaron con la ginebra Nordés, todo un bum, y siguieron con los vermús Nordesía, que hoy están situados en todos los locales que se precien de servir calidad.
Trabajaron como hormiguitas. Poco a poco. Sin prisa, pero sin pausa. Sobre seguro. Afianzando sus pasos. Y así llegaron nuevas propuestas, como el licor Doctor Zas, hecho a base de pimiento de Padrón picante y que se hizo con un hueco en el consumo, sobre todo, de los jóvenes de Andalucía y Levante.
La inquietud de estos tres jóvenes empresarios les llevó a adentrarse en nuevos horizontes, y fue así como crearon una nueva destilería en el municipio de Vedra, a orillas del río Ulla, donde fluyeron nuevas ideas.
De todos es sabido que los grandes consumidores de ron eran los piratas. Si algo no podía faltar en sus barcos eran las armas, los cañones, la bandera con la calavera y los huesos cruzados y, sobre todo, el ron. La curiosidad les llevó a investigar cómo era aquella bebida que hechizaba los sentidos de los corsarios. Fue así como nació Burla Negra, el ron con la esencia del Atlántico gallego, que desarrollan desde su empresa, Galicia Original Drinks.
El nombre ya lo dice todo, pues Burla Negra es como se llamaba el barco de Benito Soto, uno de los pocos piratas gallegos que consiguieron fama mundial pero que pasó a la historia como uno de los más sanguinarios, si no el que más.
Natural del barrio pontevedrés de Amoureira, forjó su leyenda sobre todo en el Caribe. Los barriles que almacenaba en su barco se vaciaban pronto, pero para no perder la estabilidad de la embarcación, se llenaban con agua de mar para actuar como lastre. Una vez en el puerto se vaciaban para poder rellenarlos, aunque siempre quedaba algo de la esencia del mar.
El maestro destilador Pepe Albela decidió integrar en su ron el matiz salino, aportándole agua procedente de la Costa da Morte. Y para que ese acento gallego destaque todavía más, se envejece en barricas de roble que antes se utilizaron para vino Albariño.
Pero ahora se dio un paso más. En julio de 2019 se sumergió en aguas de la ría de Arousa una partida de trescientas botellas, que se recuperaron la semana pasada. Se comprobó que la presión aceleró el proceso de envejecimiento, añadiendo unos matices diferentes que aportan un mayor toque salino al ron, que enriquecen su sabor.
Salvo veinte botellas, que a causa de la presión recibida a doce metros de profundidad perdieron su tapón, el resto de la partida se recuperó, aunque con numerosas conchas pegadas al cristal. El experimento resultó todo un éxito. Hasta el punto de que pronto se repetirá. Y para aquellos que quieran comprobar el sabor de este ron único, deben saber que su comercialización será también muy especial.
El ron Burla Negra que estuvo sumergido durante dos años se presentará en una maleta de lujo y el encargado de servirlo será el brad ambasador de la marca, el lucense Alberto Andión, quien se desplazará a donde lo requieran, a cualquier punto de España e incluso del extranjero, y estará todo el día con el cliente para explicarle las peculiaridades de una bebida tan especial.
Burla Negra, que en Galicia se puede encontrar en las estanterías de las tiendas especializadas y de Gadis o Eroski, ya es suficientemente conocido. Se comercializa en doce países. Después de tener éxito en Alemania, Grecia, Ucrania, Rusia, Italia, Reino Unido o Portugal, dio el salto al otro lado del charco para satisfacer los paladares de bebedores de Chile o Brasil. Y va a más.
Ahora, con esta nueva oferta, Burla Negra demuestra que una bebida premium, hecha con cariño, y que durante su envejecimiento pasa varios procesos que la enriquecen, como la salinidad, el envejecimiento en barrica de roble y la inmersión en el mar, está preparada para llegar desde una parroquia de Vedra y desde Galicia a los paladares más exigentes del mundo.
Fuente: El correo gallego
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