¿Por qué la Vitamina D es tan importante en la edad adulta y en qué alimentos podemos encontrarla? Getty Images/iStockphoto
A partir de los 50 años aumenta exponencialmente el riesgo de sufrir un déficit de esta vitamina y, por ende, enfermedades como la osteoporosis
La vitamina D es también conocida como calciferol. Se trata de una de las vitaminas liposolubles que contribuye a la formación de los huesos y es imprescindible en este proceso. Su función principal es absorber y mantener el calcio y el fósforo en los huesos a fin de evitar enfermedades como o el raquitismo, en el desarrollo de los huesos de los niños.
A partir de los 50 años aumenta exponencialmente el riesgo de sufrir un déficit de vitamina D. En las personas mayores el objetivo primordial de esta vitamina es evitar o, por lo menos retrasar, afecciones que suelen aparecer en la tercera edad, por ejemplo, la osteoporosis. Un déficit de vitamina D provocará la debilitación ósea, acelerando el proceso de manifestación de los primeros signos de esta enfermedad esquelética.
Carencia
A partir de los 50 años aumenta exponencialmente el riesgo de sufrir un déficit de vitamina D
Pero esta no es la única función de la vitamina D. Ésta también es fundamental para llevar a cabo otras funciones como la transmisión de mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo o para luchar contra los ataques de virus y baterías, es decir, para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. La vitamina D puede obtenerse a partir de dos vertientes. Por un lado, la luz solar y, por otro, ciertos alimentos.
Al exponerse a la luz del sol, el propio cuerpo genera vitamina D. El inconveniente de esto es que el exceso de tiempo al sol puede ser más perjudicial que beneficioso pudiendo incluso a generar carcinomas, por lo que este tiempo debe ser moderado y siempre una vez que se haya aplicado un protector solar adecuado. Los expertos recomiendan tomar el sol unos 30 minutos dos veces a la semana para producir la suficiente cantidad de vitamina D necesaria.Lee también
La otra opción es adquirir las dosis de vitamina D a través de ciertos alimentos ricos en la misma o una suplementación específica prescrita por el médico. Estos son algunos de esos alimentos que la contienen.
Alimentos fortificados como la leche
El ejemplo más conocido es la leche de vaca, pero también es posible encontrar fortificaciones de vitamina D en leches vegetales como la de soja, la de almendras o la leche de avena.
Hígado de ternera
El consumo de este alimento era más común antiguamente. Poco a poco ha ido quedando en el olvido, pero es uno de los grandes proveedores de las vitaminas A, B y C
Setas
Pueden llegar a aportar algo de vitamina D al organismo, pero no demasiada. Algunas setas son expuestos a luz ultravioleta para así proporcionar una mayor cantidad de este nutriente.
Pescados grasos
Se trata de la fuente natural más rica en vitamina D. destacan pescados como el salmón, las sardinas, el arenque o la caballa principalmente. El atún enlatado también proporciona vitamina D, pero en menores cantidades y es algo menos saludable.
Yema de huevo
Al contrario de lo que se podría pensar, al estar la mayor parte de las proteínas en la clara del huevo, la mayor cantidad de vitaminas y minerales del mismo se encuentra en la yema. Los huevos de las gallinas criadas al aire libre tendrán mayores niveles de vitamina D, ya que depende de la exposición al sol.
BELÉN LÓPEZ
Fuente: La Vanguardia
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